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Adolfo Marroquín

Ciencia Fácil

No habrá café para todos

Al igual que cientos de millones de personas en este planeta, me declaro aficionado al café, que consumo a diario, en dosis que considero razonables, 2 o 3 tazas/día, con un límite máximo de 5 o 6. Pues bien, este consumo no me había puesto nunca nervioso, pero lo que ahora está poniendo nerviosos a los adictos a esa estimulante bebida es la noticia de que la producción mundial de café, concretamente del café Arábica, puede reducirse dramáticamente a lo largo del presente siglo, como consecuencia del cambio climático.

Resulta que el café, del que prácticamente existen sólo dos variedades, la Arábica y la Robusta, se cultiva en unos 60 países situados todos ellos entre los trópicos de Cáncer (a 23º27’ al norte del ecuador) y Capricornio (a 23º27’ al sur del mismo), franja con un clima característico, que es precisamente el factor clave en la producción del café Arábica, variedad que supone entre el 75 y el 80% de la producción mundial de café.

Esa franja climática, caracterizada por un clima caluroso y húmedo, comprendida entre ambos trópicos, contiene entre sus límites a los principales países productores de café, repartidos en cuatro zonas geográficas:

1) América Central, donde se cultiva principalmente café Arábica lavado, y sólo una pequeña parte de Robusta (Guatemala)   

2) América del Sur, en la que encontramos al principal productor de café del mundo: Brasil, donde se cultiva principalmente café Arábica natural. Los demás países productores cultivan sobre todo café Arábica lavado

 

3) África, donde encontramos café Robusta en las zonas del centro-oeste y café Arábica en las del centro-este

4) Asia, donde se cultiva tanto Arábica como Robusta en India, Indonesia y Nueva Guinea, y sólo Robusta en Tailandia, Laos, Vietnam y Camboya.

Como hemos dicho, existen básicamente dos variedades de café, el café Arábica y el café Robusta, de las que el café Arábica, que supone algo más de tres cuartas partes de la producción mundial, se cultiva en terrenos entre 900 y 2.000 metros sobre el nivel del mar, con temperaturas entre los 15 °C y los 24 °C,  y con precipitaciones del orden de 1.200 a 2.200 litros/m2 al año.

Por su parte, el café Robusta supone la cuarta parte restante de la producción mundial, y se cultiva en alturas que van desde los 200 a los 900 metros sobre el nivel del mar, con temperaturas entre los 18 °C y 36 °C, por tanto con mucha más oscilación térmica que el Arábica, y con precipitaciones también muy superiores, de entre los 2.000 y los 3.000 litros/m2 al año.

En la actualidad, la distribución sobre el planeta de las regiones que resultan adecuadas para el cultivo de las dos principales variedades de café son las señaladas en el mapa adjunto, siendo:

r.- Área de producción del café Robusta,

a.- Área de producción del café Arábica,

m.- Área mixta que admite la producción de ambas variedades, Robusta y Arábica.

Ahora bien, las indicaciones del modelo HadCM3 utilizado para obtener las condiciones climáticas previstas para tres escenarios de emisiones (A2, A1B, B1) y para tres fechas futuras (años 2020, 2050 y 2080) muestran una influencia muy negativa del cambio climático en la producción del café Arábica, señalando para el mejor de los escenarios, el B1, una reducción del 65 % en la superficie de las áreas actuales, bioclimáticamente adecuadas para ese cultivo, y en el peor de los escenarios, el A2, una reducción de casi el 100 % , para el año 2080.

NOTA.- ¿Por qué tenemos que hablar de “escenarios”? Pues porque las emisiones futuras de gases de efecto invernadero (GEI) serán el resultado de muchos y muy complejos aspectos, tales como el crecimiento demográfico, el desarrollo socioeconómico o los cambios tecnológicos.

Los escenarios son hipótesis de lo que podría acontecer en el futuro, dependiendo por tanto del comportamiento de la humanidad en su conjunto, lo que evidentemente contiene una gran incertidumbre; pero necesitamos “imaginarnos” algunos de estos escenarios para poder crear los modelos físico-matemáticos que nos permitan prever la evolución del clima, para proceder a la evaluación de los impactos y para prever las iniciativas de adaptación y de mitigación de sus efectos.

 

Proyecciones a futuro en el informe AR4 del IPCC (Panel sobre el Cambio Climático)

 

Analizando las actuales áreas de cultivo del café, para los escenarios más probables, el resultado más favorable nos da una reducción del 38 % en el espacio bioclimático adecuado para la continuación del cultivo, y la menos favorable apunta a una reducción del 90 %  para el año 2080. Estos resultados, salvo que vayan acompañados de una serie de medidas para adecuación progresiva al cambio, colocarían a las poblaciones de las zonas implicadas en un serio peligro económico, obligando a un elevado esfuerzo de adaptación.

Lamentablemente, este efecto colateral del manido cambio climático, no figura en los informes periódicos de los sesudos organismos, del tipo IPCC, UNFCCC y similares; por lo que, como adicto al cafelito (diminutivo “coloquial” del café, según la RAE), sugiero que el riesgo de reducción de sus cosechas futuras sea también incluido entre los daños del cambiante clima.

Adolfo Marroquín Santoña

Noticias y comentarios sobre temas científicos

Sobre el autor

Adolfo Marroquín, Doctor en Física, Geofísico, Ingeniero Técnico Industrial, Meteorólogo, Climatólogo, y desde 1965 huésped de Extremadura, una tierra magnífica, cuna y hogar de gente fantástica, donde he enseñado y he aprendido muchas cosas, he publicado numerosos artículos, impartido conferencias y dado clases a alumnos de todo tipo y nivel, desde el bachillerato hasta el doctorado. Desde este blog, trataré de contar curiosidades científicas, sobre el clima y sus cambios, la naturaleza, el medio ambiente, etc., de la forma más fácil y clara que me sea posible.


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