>

Blogs

Adolfo Marroquín

Ciencia Fácil

El Sol debe visitar a su dermatólogo

Son bastante conocidas las manchas que el Sol provoca sobre la piel humana; pero de lo que ahora quiero hablar es de las manchas que le salen al propio Sol; de qué hay detrás de esas manchas en la piel del Astro Rey y de si esas manchas solares pueden afectar a la salud, es decir al clima, del planeta Tierra.

Hace tiempo que los astrónomos y los astrofísicos saben que las manchas solares son regiones en las que se concentran y se enfrentan potentes campos magnéticos; ahora bien, cualquiera que de niño haya jugado con imanes, sabe que los campos magnéticos de la misma polaridad se repelen entre sí. Lo lógico sería por tanto pensar que los fuertes campos magnéticos que se enfrentan en las manchas solares deberían rechazarse en el interior de cada una de ellas, de forma natural y espontánea, provocando la rápida disipación de las manchas.

¿Entonces, qué es lo que hace que las manchas solares sean tan persistentes? ¿Cómo es que permanecen durante semanas o meses? Pues bien, así como para confirmar la limpieza en una casa hay que “levantar” las alfombras y mirar debajo de ellas, también con las manchas de la superficie del Sol debemos mirar qué hay debajo para encontrar alguna respuesta.

Al hacerlo encontramos que el intenso campo magnético, presente debajo de una mancha solar, bloquea el flujo normal de energía procedente del interior del Sol, a elevadísimas temperaturas, hacia la superficie; el resultado es que una mancha solar es más fría y, por lo tanto, más densa y más oscura, en el espectro visible, que sus alrededores, de forma que, al ser eliminados los movimientos convectivos, similares a burbujas que suben y bajan en el interior del Sol, se forma una especie de tapón que impide que la energía del interior llegue a la superficie.

Con el tiempo, el material (plasma) situado encima de ese tapón se enfría, enfriamiento relativo claro, por lo que se vuelve más denso, y comienza a descender, lo que desplaza el plasma de los alrededores y el campo magnético hacia el centro de la mancha solar, dando lugar a la concentración del campo magnético, que nuevamente produce más enfriamiento, y más plasma enfriado que se hunde y arrastra consigo más plasma, etc., etc., entrándose con ello en un ciclo auto regenerativo.

Los científicos de la NASA que trabajan en el estudio de estas anomalías solares declaran que: “Con estos datos no se puede obtener una imagen lo suficientemente definida para explicar los detalles. Hasta ahora hemos echado una mirada debajo de las manchas solares, como podríamos mirar las manchas en las hojas de un árbol; pero las raíces de ese árbol, son todavía un misterio“.

Parece evidente que a nuestro Astro Rey habría que llevarle a la consulta de un buen dermatólogo, pero no sólo por lo de sus manchas sino también por una especie de erupciones en forma de abultamientos explosivos. En efecto, la superficie y la corona solar contienen estructuras magnéticas llamadas protuberancias solares, que son enormes chorros de gas caliente expulsados desde la superficie del Sol, que se extienden a muchos miles de kilómetros.

El campo magnético del Sol desvía algunas protuberancias que forman así un gigantesco arco, hecho de plasma expulsado por una llamarada solar. Los investigadores han estudiado nuevos datos solares con gran detalle para avanzar en nuestra comprensión teórica de esas protuberancias.

Observaciones recientes han aportado detalles y datos, no conocidos hasta ahora, sobre la naturaleza y comportamiento de las protuberancias solares, que tienen lugar en la corona solar. En concreto, el proyecto «Solar prominences: Stability, magnetohydrodynamics, and seismology» recibió financiación de la Unión Europea (UE) para estudiar estos nuevos datos y mejorar la definición teórica de las protuberancias solares.

Lo que nos preguntamos ahora es si todas esas deficiencias, o bien simples anomalías, dermatológicas del Sol pueden llegar afectar a la salud de nuestro planeta, entendiendo por salud de la Tierra todo el conjunto de interacciones que tienen lugar entre las componentes del sistema climático.

En ese sentido, hay que decir que, a escala galáctica, el Sol es una estrella notablemente constante, puesto que mientras que algunas estrellas experimentan enormes pulsaciones, y como consecuencia varían mucho en tamaño y brillo, e incluso explotan ocasionalmente, la luminosidad de nuestro Sol varía apenas un 0,1% a lo largo de su ciclo solar de 11 años.

Sin embargo, los investigadores están comenzando a darse cuenta de que estas aparentemente diminutas variaciones pueden tener un efecto significativo sobre el clima de la Tierra. En un reciente informe del National Research Council (NRC), denominado “Los Efectos de la Variabilidad Solar sobre el Clima Terrestre”, se exponen algunos de los sorprendentemente complejos mecanismos mediante los cuales la actividad solar puede hacerse sentir en nuestro planeta.

La realidad es que entender a fondo la conexión entre el Sol y el clima terrestre requiere una amplia experiencia en campos como la física de plasmas, la actividad solar, la química atmosférica y la dinámica de fluidos, la física de partículas, la geofísica e incluso de la propia historia de la Tierra. Ningún investigador tiene, por sí solo, el gran rango de conocimientos que se necesitan para resolver el problema. La situación requiere, para avanzar, reunir a docenas de expertos en diversos campos en un solo taller de investigación, y en un contexto verdaderamente interdisciplinario.

Y algo así es lo que se ha hecho por parte de numerosos organismos, entre ellos el citado NRC, así como del máximo organismo internacional en esas materias, el IPCC (Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático), llegándose a la conclusión de que la variabilidad solar no es la causa del calentamiento global, registrado por el planeta Tierra en los últimos 50 años”.

De todas formas, en mi opinión, dada la enorme complejidad de la física solar, dado que el Sol es prácticamente el suministrador exclusivo de la energía que mueve la maquinaria climática terrestre y dado que estamos pendientes de la visita del Sol a su dermatólogo de cabecera, lo prudente es seguir con las observaciones e investigaciones sobre todos estos asuntos.

Adolfo Marroquín Santoña

Noticias y comentarios sobre temas científicos

Sobre el autor

Adolfo Marroquín, Doctor en Física, Geofísico, Ingeniero Técnico Industrial, Meteorólogo, Climatólogo, y desde 1965 huésped de Extremadura, una tierra magnífica, cuna y hogar de gente fantástica, donde he enseñado y he aprendido muchas cosas, he publicado numerosos artículos, impartido conferencias y dado clases a alumnos de todo tipo y nivel, desde el bachillerato hasta el doctorado. Desde este blog, trataré de contar curiosidades científicas, sobre el clima y sus cambios, la naturaleza, el medio ambiente, etc., de la forma más fácil y clara que me sea posible.


febrero 2014
MTWTFSS
     12
3456789
10111213141516
17181920212223
2425262728