Según una reciente Declaración de la Organización Meteorológica Mundial (OMM), analizados los datos disponibles del 2019, resulta que la actual temperatura media mundial ha aumentado en 1,1 ºC desde los comienzos del siglo XX y en 0,2 ºC con respecto al período 2011-2015. Puede parecer que estas cifras son relativamente pequeñas, y que el planeta podría asumirlas, sin grandes problemas.
Pero lo cierto es que los indicios del cambio climático y sus efectos, como el aumento del nivel del mar, el derretimiento de los hielos y la aparición de fenómenos meteorológicos extremos, se intensificaron durante el período 2015-2019, que será probablemente el quinquenio más cálido jamás registrado.
La concentración de los conocidos GEI (Gases de Efecto Invernadero), fundamentalmente el dióxido de carbono (CO2), ha aumentado en la actualidad también a niveles sin precedentes, confirmando una tendencia al calentamiento en los próximos años. En el último informe publicado se ofrece una evaluación conjunta del estado de los cinco subsistemas que constituyen el Sistema Climático, que son la litosfera (parte sólida), la hidrosfera (parte líquida), la atmósfera (parte gaseosa), la criosfera (conjunto helado) y finalmente la biosfera (todo el conjunto de los seres vivos).
El resultado que se encuentra es que la influencia del cambio climático es creciente, que se ha acelerado el aumento del nivel del mar y que se teme que se produzca una rápida reducción de la cubierta de hielo en la Antártida y en Groenlandia, que a su vez provocará más y más aumento del nivel del mar en el futuro, como ha sucedido en las Bahamas y Mozambique, donde ha habido trágicas consecuencias, y donde el mar con tormentas tropicales intensas producen enormes catástrofes humanas y económicas.
Durante el período 2014-2019, la velocidad de aumento medio global del nivel del mar fue de 5 mm por año, frente a 4 mm por año durante el decenio 2007-2016. Este aumento es muy superior a la velocidad media de 3,2 mm por año registrada anteriormente, desde 1993. La contribución de la fusión de los hielos continentales de los glaciares y de la cubierta de hielo al aumento del nivel del mar es cada vez mayor y actualmente es precisamente esa fusión, y no la expansión térmica, el elemento dominante en la tendencia.
Por otra parte los océanos almacenan más del 90 % del exceso de calor provocado por el cambio climático. En 2018, sobre la base de mediciones realizadas hasta los 700 metros de profundidad, se registraron los valores más elevados de contenido calorífico de los océanos, y los años 2017 y 2015 ocuparon el segundo y tercer lugar respectivamente.
Además, los océanos absorben aproximadamente el 30 % de las emisiones anuales de CO2, evitando así un mayor calentamiento del planeta. Sin embargo, esto supone un alto costo ecológico para los propios océanos ya que el CO2 que absorben reacciona con el agua de mar modificando así la acidez de los océanos, con lo que su nivel de acidez ha aumentado en un 26 % desde comienzos del siglo pasado.
Y lo peor del caso es que los océanos, tragándose esa contaminación carbónica que los acidifica, se están cansando de pagar el pato, por los excesos cometidos por el género humano, que es el verdadero contaminador. En fin esperemos que aguante, pero…