>

Blogs

Imbéciles

No quiero yo convertirme en martillo de herejes, faltaría más, pero es que estoy muy quemado, supongo que como el resto del personal. Así qué me váis a perdonar, y aunque sea repetitivo voy a hablar de políticos. Y es que ya no sé si son ellos los imbéciles o nos toman a nosotros por tales. Esto de la política, mejor dicho, de los políticos, ha llegado a donde tenía que llegar. Y no me refiero sólo a los casos de corrupción dentro de los partidos y arropados por éstos. Desde que el mundo es mundo la corrupción existe, y en el momento que hay dinero de por medio, por poco que sea, hay personas incapaces de resistirse a semejante tentación. Como dice mi amigo @extaxiado, se empieza por comprarse un paquete de tabaco con el fondo común de una cena de amigos, y se termina con una cuenta en Suiza, o dos.

A lo que me quiero referir es a esa forma de tratarnos que tienen nuestros gobernantes. ¿Se creen de verdad que están hablando con imbéciles? ¿Se piensan que nunca nos vamos a enterar de sus zorrerías? Que un diputado, con dietas de miles de euros, pague por un menú en el congreso sólo 3,80 € mientras que un alumno tiene que pagar 3,60 € por poder utilizar el microondas del colegio para calentarse la comida que lleva de su casa, es asqueroso. Que la cúpula del PP,- se lo haya llevado en negro o no -, jure y perjure que el Sr. Bárcenas no pertenece al partido desde hace meses, y nos enteremos que hasta la semana anterior tenía y usaba un despacho en Génova y disponía de un coche del partido, es igual de asqueroso. O modificar, a la chita callando, una ley para que personas condenadas puedan volver a dirigir bancos, en claro apoyo a Alfredo Sáenz. Les da igual lo que pensemos al hacer una ley a la media de este señor, una forma de indulto contra su más que probable  inhabilitación, quedando evidenciado una vez más y sin pudor alguno la connivencia del poder político y el económico. Todo esto de espaldas a los ciudadanos.

En la política más cercana también tenemos esa amarga sensación. Ese mamoneo que se traen y se han traído pensando que somos tontos les está pasando factura, gracias a Dios. Como la mujer del César, no sólo tienen que ser honrados, sino parecerlo, y eso no lo cumple ninguno. Lo siento, pero es así. Se han pasado tanto y durante tanto tiempo que nos tienen desencantados. Si realmente queda alguno libre de pecado, no nos lo creemos.

Ya está bien. Realmente estamos hartos. Y no, no somos imbéciles. Frente a esto, sólo nos queda, además del pataleo, nuestro derecho a votar. O a “no votar”. Y yo no pienso volver a hacerlo hasta que haya listas abiertas, donde pueda realmente votar a quien yo quiera, no a ningún patán que sin saber hacer la O con un canuto, sin estudios, ni preparación, ni un trabajo conocido y que, por vete tú a saber qué motivos, o en pago de qué lealtades, va en una lista. Ya basta de personajes que, sin haber trabajado de verdad en toda su vida, llevan años cobrando de la política, pasando de sillón en sillón, disfrutando de privilegios a los que únicamente ellos tienen acceso y ocupando despachos sin nada útil que hacer, rodeados de asesores que tampoco tienen nada que hacer, pero que se han “ganado” el puesto desde cachorros, muchos de ellos militando en las secciones de jóvenes de cualquier partido. Si conseguimos que en las próximas elecciones haya un voto nulo o en blanco del 80%, -si sólo nos abstenemos, alguna mente preclara diría que apoyamos la decisión de la mayoría minoritaria-, ¿realmente se verán legitimados para seguir actuando así? Si en la empresa privada la pérdida de confianza es causa de despido objetivo, ¿por qué en el terreno público no hacemos lo mismo?

 

Otro sitio más de Comunidad Blogs Hoy.es

Sobre el autor


enero 2013
MTWTFSS
 123456
78910111213
14151617181920
21222324252627
28293031