Hace ya bastante años en una clase en la facultad de informática de Ciudad Real, nos explicaron la diferencia entre un sistema colaborativo y otro cooperativo. Me resulto muy curioso que en nuestro día a día ambos vocablos se utilicen como sinónimos, pero que en algunos contextos como el informático se ahondara a un nivel de detalle mayor, diferenciando ambos términos conceptualmente:
Colaboración: se refiere abstractamente a todo proceso en donde se involucre el trabajo de varias personas en conjunto.
Cooperación: consiste en el trabajo en común llevado a cabo por parte de un grupo de personas o entidades mayores hacia un objetivo compartido, usando también métodos comunes, en lugar de trabajar de forma separada en competición.
En resumen, la diferencia básica entre ambos conceptos no es el fin sino el camino para conseguirlo y, exacto, hay decenas de ejemplos popularizados en nuestro día a día donde se están utilizando incorrectamente.
Pongamos como ejemplo que un docente envía como tarea de clase la realización de un trabajo sobre la gastronomía extremeña, a llevar a cabo en grupos de 4 personas. Para desarrollar esta tarea, los alumnos podrán seguir un modelo de colaboración; para tal fin, separarán la materia final del trabajo a presentar en diferentes temas (embutidos, verduras y hortalizas, platos típicos… o lo que se les ocurra) y cada uno de los integrantes del grupo se ocupará de realizar uno de esos temas para, finalmente, unificarlos en un sólo archivo que entregarán al profesor. Sin embargo, también podrían haber utilizado un modelo de cooperación, donde los alumnos deberán trabajar conjuntamente, marcando unas pautas comunes a todo el trabajo (que constituirán su base conceptual) para ir desgranando y avanzando en cada uno de los temas desde el consenso.
Independientemente del modelo aplicado, el trabajo final presentado al docente tendrá una parte de cada uno de los alumnos que lo ha realizado, con la importante diferencia que en un modelo colaborativo esa participación se puede seccionar en temas, mientras que en el modelo cooperativo, toda página, párrafo o frase del trabajo es parte de un desarrollo conjunto. El contenido del trabajo cooperativo no es el reflejo individual de una persona, sino de un individuo colectivo creado gracias al debate de opiniones e ideas de cada uno de los integrantes del grupo de trabajo.
Como en prácticamente cualquier aspecto social, la tecnología provoca que todo avance más rápido. El modelo cooperativo ha evolucionado mucho gracias a las TICs, prueba de ello son aplicaciones como el portal www.lanzanos.com, una aplicación que permite financiar proyectos mediante crowdfunding: cualquier persona puede aportar diferentes cantidades monetarias para la financiación de un proyecto (marcadas por el impulsor del mismo) y convertirse automáticamente en mecenas. Un mecenas dependiendo de su contribución, también podrá tener voz y voto en varios aspectos clave para el avance del proyecto. La financiación crowdfunding llega a muchos ámbitos, en la música está muy extendido, con posibles aportaciones que suelen rondar desde los 5€ hasta los 200€, además, los mecenas cooperan activamente en el desarrollo de su obra y siendo a menudo parte activa en la definición de aspectos como la portada del LP, la elección del single de adelanto o la fecha de presentación oficial.
Otro ejemplo TIC de modelo cooperativo sería la aplicación Bla-bla-car (para realizar viajes compartiendo gastos de gasolina, cooperando para construir un viaje) o Hailo (para relación óptima de taxi-viajero)
Tantos son los avances del modelo cooperativo gracias a la tecnología que incluso han redefinido el mismo. En algunas aplicaciones, el fin a alcanzar no es un único y compartido con todos los agentes que cooperan para construirlo, sino que los objetivos son varios y los agentes tienen un porcentaje de interés diferente en cada uno de ellos, pero cumplir cualquier de los objetivos implica obligatoriamente cumplir todos los demás.
Un buen ejemplo de esta evolución cooperativa es Re-captcha. Los captcha son esas letras y números algo borrosos que nos obligan a introducir a menudo determinadas páginas web. El objetivo principal de los captcha es validar que el usuario no es una máquina o un bot malicioso (ya que estas letras/números se muestran de una forma no legible para una máquina) pero, a su vez, ¿sabía que haciendo este simple proceso, está ayudando a digitalizar miles de libros nuevos y antiguos? Otro ejemplo sería Duolingo, la gratuita y extendida aplicación para aprender idiomas, ¿sabía que aprendiendo idiomas con Duolingo también está traduciendo internet a otros idiomas?
Curiosamente el inventor de Re-captcha y Duolingo es la misma persona. En el vídeo a continuación explica como validando nuestra humanidad o aprendiendo un idioma, estamos cooperando para otros positivos objetivos:
Y así, cientos de aplicaciones cooperativas (llamadas a menudo crowdcomputing)
Llevando el debate al mundo educativo actual, si algo pueden fomentar el uso de las TICs en el aula es potenciar el modelo cooperativo. La cooperación más que un camino operativo para la construcción de proyectos es realmente una forma diferente de pensar, de hecho, los grandes avances de la historia siempre han tenido una persona de pensamiento cooperativo al frente: alguien que no piensa en el todo como unión de partes, sino que todos las partes de la solución final están conectadas como un perfecto engranaje, siempre dependiendo unas de las otras para asegurar el óptimo funcionamiento global.
Introduciendo en el aula plataformas e-Learning, dispositivos informáticos, wikis, pizarras digitales, foros de debate, archivos de texto compartido.… el profesor tendrá un ecosistema perfecto para potenciar el trabajo en grupo de sus alumnos bajo un modelo cooperativo. Pasando de un modelo de responsabilidad individual a uno colectivo, donde toda tarea a llevar a cabo será evaluada en base al aporte del conjunto global, no la media aritmética de la unión de sus partes.
El mundo actual demanda personas de pensamiento cooperativo. Por ejemplo, en tiempos electorales como los que sufrimosvivimos, los ciudadanos no paramos de exigir diálogo a nuestros políticos. Es decir, exigimos que se sienten a debatir y antepongan dar solución colectiva a los problemas principales que la sociedad tiene, dejando de lado las ambiciones individuales que su partido pueda tener.
Técnicamente hablando, lo que estamos pidiendo es que el parlamento utilice un modelo cooperativo para tomar sus decisiones o construir nuevas leyes. Cierto es que el panorama actual sin mayorías absolutas implica trabajar en equipo, aunque por desgracia se queda en colaborativo: un pacto político no deja de ser un reparto de competencias donde cada partido se ocupa de unas u otras, no cooperan conjuntamente en todas ellas para que el resultado final sea una mezcla de ambos saberes hacer.
Como conclusión; podríamos decir que como en muchas cosas en esta vida, sabemos lo que queremos hacer pero no el camino que hay que recorrer para alcanzarlo. Utilizando las TICs en las aulas enfocadas hacia el trabajo en grupo y la solución cooperativa de problemas, estaremos impregnando una forma de pensar muy necesaria en el motor que guía el futuro de nuestra sociedad: la Educación. Casi sin darnos cuenta (como cuando usamos Duolingo o introducimos un captcha), estaremos ayudando a construir un mundo mejor, un mundo con menos egos, mucho más responsable y donde “el bien global estará por encima del individual”, frase posiblemente más predicada pero menos aplicada. Cooperemos para aplicarla.