El título de mi artículo de hoy suena imposible de creer, más si uno recientemente ha encendido la televisión o abierto un periódico (¿existe alguien que no lo haga estos días?, ¿me puede enseñar el secreto?) donde asuntos como la violencia de género, lo que uno puso en twitter hace años o “las pintas” que hay que tener para ser presidente del Gobierno, se utilizan en estos días cual frívolo Tomahawk, marcando a unos de tal, a otros de Pascual e incluso a alguno casi de Urdangarín.
No obstante, tras analizar los programas electorales en materia de Educación de los 4 partidos llamados a ganar el sufragio del próximo 20 de diciembre, uno descubre que en algún punto se parecen más de lo que uno podría llegar a pensar:
Ciudadanos: …mejorar el uso de las TIC en educación primaria y secundaria para que sirvan como apoyo del aprendizaje y para desarrollar la competencia digital como una de las básicas que se debieran adquirir en la escolarización obligatoria…
Podemos: …un plan estatal para la promoción de bibliotecas de aula, el software libre y recursos educativos abiertos, las páginas web y otras formas de almacenaje de información y recursos de carácter cooperativo. Pondremos en marcha sistemas para la transferencia, extensión y perfeccionamiento de las experiencias innovadoras…
PP: …impulsaremos un modelo digital que permita personalizar la educación…. realizaremos las inversiones necesarias para dotar a los centros educativos de los medios para la implantación de las TIC en la enseñanza. Asimismo, impulsaremos el programa de mochila digital y la introducción de materiales didácticos digitales para alumnos y docentes en los distintos niveles educativos…
PSOE: …impulsar el plan “Educación Digital” para promover la utilización de contenidos, recursos y herramientas digitales en todos los niveles del sistema educativo, incluyendo el aprendizaje de lenguajes de programación, ética digital y ciberseguridad e incorporando el uso de tecnologías digitales en el proceso de aprendizaje…
En resumen, más allá de derogar o mantener la LOMCE, de lo importante que es o no la religión en las aulas, del porcentaje a ojo de buen cubero que afirman ampliarán el presupuesto en Educación, o sobre como hay que financiar la escuela concertada… todos los partidos políticos siempre incluyen en sus programas un apartado para acordarse de su amiga la tecnología y como aterrizar la misma en nuestros centros educativos.
Ciertamente suena a obvio pensar que para la Educación, o cualquier otro ámbito existente en pleno 2015, haya que tener en cuenta la tecnología, más si cabe cuando la misma ya está presente en prácticamente TODO nuestro día a día desde hace tiempo.
Muchos iluminadosdesinformados pensarán que este debate Educación-Tecnología está obsoleto, que no es ni de esta década sino de la pasada o hasta de la anterior (donde, por cierto, la presencia de Google o la implantación de ADSL era prácticamente testimonial)
La realidad que uno encuentra cuando analiza cualquier aula de este país es bien distinta, mucho nos queda aún por recorrer para construir un ecosistema donde se aprovechen los avances que la tecnología ha traído a nuestra sociedad y bien han sido útiles en otros ámbitos sociales. Un ecosistema TIC transparente e interelacionado colaborativamente con todos los agentes parte activa de la Educación (alumnos, docentes, familias, Administración, empresas proveedoras de recursos educativos)… que no sea hermético a lo que pasa fuera de las aulas, sino que lo aproveche en función de objetivos comunes de desarrollo conjunto.
Toda esta sincronía electoral a uno le da por pensar: ya que votemos a quien votemos esta apuesta por la tecnología educativa ya está incluida transversalmente en sus programas ¿por qué no lo pactamos ya? Podríamos utilizar esta evolución de modelo Educativo hacia la digitalización como el canal para definir y construir lo que la sociedad está demandando desde hace mucho más tiempo atrás: un pacto educativo a nivel nacional. El más largo aprendizaje de todas las artes es aprender a ver – Jules Gouncourt.
P.D: los partidos políticos han sido ordenados por motivos eminentemente alfabéticos, tanto en el título del artículo como en la enumeración a la hora de analizar sus programas en tecnología educativa.