La primera reacción de los mercados al resultado electoral de ayer ha sido… “templada”, escorada del lado del papel.

La clara victoria socialista -anunciada esta vez por todas las encuestas- estaba ya completamente descontada por los inversores y ahora la gran incógnita es saber dónde buscará Sánchez los apoyos que le faltan para afrontar una legislatura que se presenta llena de incertidumbres y retos.

En función de con quién pacte el PSOE, los mercados reaccionarán de una forma u otra. Sánchez tiene tres opciones: 1) pactar con Podemos y ERC; 2) llegar a un acuerdo de investidura con Ciudadanos, acuerdo que contaría con un apoyo parlamentario de 180 diputados y 3) gobernar en solitario e ir cerrando pactos puntuales con fuerzas a su izquierda y derecha, a lo largo de la legislatura.

Ni qué decir tiene que el mundo del dinero aplaudiría la segunda de estas opciones, estaría expectante ante la tercera y, con toda seguridad, recibiría con temor la primera.

Obviamente la preferencia de los “mercados” poco o nada tienen que influir en la decisión que tome Pedro Sánchez,  pero también es evidente que después de una época muy convulsa como la que hemos vivido estos dos últimos años, entrar en un periodo de estabilidad como el que podría deparar un Gobierno PSOE/Ciudadanos sería una alternativa muy bien vista en amplios sectores de la sociedad española y también en Europa.

Muy probablemente habrá que esperar a que se celebren las elecciones autonómicas y municipales para saber cuál de estas tres opciones elige el Presidente del Gobierno. Hasta entonces nadie querrá mover ficha. Serán unas semanas trepidantes.