La política monetaria extremadamente laxa que implementaron los principales bancos centrales a raíz de la crisis financiera generada tras la quiebra de Lehman Brothers, está teniendo un efecto perverso sobre la cuenta de resultados de las entidades financieras, efecto que podría acarrear consecuencias aún mayores.
Con los tipos de interés al 0% y las economías más desarrolladas ralentizando su crecimiento, los bancos no encuentran la fórmula de generar beneficios y de prolongarse esta situación -cosa en principio muy probable- podría enquistarse el problema, sin que las fusiones ni la reducción de costes puedan contrarrestar la caída de márgenes que está registrando todo el sector.
Ya hay entidades, que aprovechando el actual vacío legal, podrían empezar a cobrar por los depósitos, con lo que los inversores no solamente no obtendrían nada por sus ahorros, sino que incluso pagarían por éstos.
No se pueden mantener más tiempo las actuales políticas monetarias y los bancos centrales tendrían que comenzar a encarecer los tipos oficiales antes de que la situación actual se deteriore aún más.
El dinero al 0% puede servir en momentos puntuales para reactivar a un enfermo en estado crítico, pero “abusar” de esta medicina acabaría teniendo efectos contraproducentes.
Falta cordura en muchos de los actores que están protagonizando un espectáculo temerario… y lo peor de todo es que los principales culpables de esta situación se van a ir con los bolsillos llenos. Lamentable.