La bolsa española mantuvo esta semana la tendencia alcista que inició el pasado verano y que en solo seis meses le ha reportado unas plusvalías superiores al 15%. El Ibex cerró el viernes en máximos de casi dos años, a menos de medio punto de recuperar un nivel psicológico tan emblemático como el de los 10.000 puntos.
El selectivo ganó un 1´49% apoyándose buena parte de esta mejora en el magnífico comportamiento de valores como Red Eléctrica, Iberdrola e IAG, que se apreciaron respectivamente un 4´74%, 5´64% y 6´74%. La otra cara de la moneda la ofrecieron CaixaBank y MasMovil, retrocediendo un 3´57% la entidad financiera y 5´78% la teleoperadora.
En el exterior, solo se desmarcaron de los números verdes el Nikkei de Tokio -especialmente perjudicado por la crisis del coronavirus- y el Ftse de Londres, penalizado por los inesperados cambios en el Gobierno de Boris Johnson, cambios que han supuesto el relevo al frente del Ministerio de Finanzas del conservador Sajid Javid.
El euro continuó debilitándose con el dólar y ambas monedas se cruzan ya en las 1´08 unidades, fixing más desfavorable de nuestra divisa con el billete verde desde mayo de 2017.
Muy pocos movimientos en los mercados de deuda, terminando el bono español a diez años en el 0´28%, con la prima de riesgo en los 68 p.b. Más diferencias en los de crudo, repuntando 4´27% el barril de Brent, que cerró el viernes en los 57 dólares.
Muchas referencias macro y micro las que han llegado al parqué estos últimos cinco días. El lunes se supo que el IPC de China escalaba a máximos de los últimos 8 años. Un día después, el Tesoro celebró subasta de letras a 6 y 12 meses adjudicando 3.500 millones de euros a interés negativo en ambos casos. El miércoles se conoció la fuerte caída de la producción industrial en la eurozona y finalmente el jueves, HSBC recortó en dos décimas su previsión de crecimiento mundial para 2020.
Destacar también que por primera vez en su historia el bono griego bajó del 1%, un dato especialmente relevante si tenemos en cuenta que hace solo ocho años el país heleno estaba literalmente al borde de la quiebra (En febrero de 2012, el bono se disparó hasta el 36%!!!)
Mala noticia para España. La suspensión del Mobile World Congress de Barcelona tendrá un coste estimado que ronda los 500 millones de euros y al menos este año la ciudad condal pierde un magnífico escaparate que proyectaba otras muchas áreas de negocio. Aunque la versión oficial achaca al coronavirus la suspensión del congreso, otras versiones apuntan causas bien distintas, máxime cuando estos días se está celebrando una feria similar en Ámsterdam. En cualquier caso, sea por una razón o por otra (o por una y otra) bueno sería que la situación se recondujese de cara al año próximo. España no puede permitirse el lujo de perder el Mobile World Congress.