Otra semana compleja la que se ha vivido en los mercados financieros. Los devastadores efectos sobre la economía real de los países industrializados -y también sobre los emergentes- están siendo ya recogidos por las principales instituciones internacionales, que en sus últimas estimaciones adelantan caídas históricas.
Centrándonos en España, dos informes del FMI conocidos el martes y el jueves, apuntan una contracción del PIB español en 2020 superior al 8%, un aumento de la tasa de paro hasta el 20%, un déficit alrededor del 9´5% y una deuda pública que se irá al 113% de nuestro PIB. Tremendo… y nadie debería descartar que las cifras finales sean aún peores.
Situación muy similar a la de aquí empiezan ya a evidenciar los datos reales que estamos conociendo de otros países, datos, que por citar solo los más relevantes, reflejan unos, el desplome de economía china y otros, el espectacular aumento del desempleo en USA.
En este contexto, las bolsas -que insistimos, poco tienen que ver con la economía real- se comportaron razonablemente bien, salvo el Ibex (el peor índice europeo) que cedió un 1´94%, yéndose hasta los 6.875 enteros, muy penalizado el selectivo por el lastre que supuso el pésimo compartimiento que registró el sector bancario con recortes muy severos en valores con tanto peso como Santander y BBVA, que se dejaron respectivamente un 9 y 11%. Las notas más positivas vinieron de la mano de CIE (+8´86%) y Cellnex (+9´52%).
En el exterior, avances entorno al 2% en Tokio y Nueva York y cierres planos en las principales plazas continentales, cotizando todas ellas el viernes al alza con fuerza, tanto las noticias sobre el posible hallazgo de un fármaco que podría ser eficaz contra el coronavirus, como el ambicioso plan de Trump para sacar a la economía estadounidense del actual estado de “impasse”.
Muy pocas novedades en los mercados secundarios de deuda pero no en los primarios, donde el Tesoro adjudicó más de 13.000 MM a distintos plazos, haciéndolo en todos ellos a tipos de interés positivos (salvo el de las letras a 6 meses) siendo previsible que los tipos se mantendrán bajos, aunque tardaremos en volver a verlos en tasas negativas. El euro cedió terreno con el dólar (ambas monedas se cruzaron en las 1´08 u. mientras el barril de Brent cayó más de un 10%.
Nos espera un corto y medio plazo terrorífico, pero lo dijimos la semana pasada y lo reiteramos esta: lo peor, en las bolsas, debería haber pasado ya. Otra cosa es la economía real. A ésta le queda aún por pasar “los quirios”. Los mismísimos “quirios”.