La bolsa madrileña ha sido incapaz de mantener esta semana la tendencia que marcó la anterior (en la que recordemos se revalorizó más de un 4%) y el Ibex se situó a la cola de los principales índices internacionales, dejándose en las últimas cinco jornadas un 2´01%. El selectivo se vio penalizado por el aluvión de referencias negativas que siguieron llegando al parqué y por las pésimas perspectivas que se ciernen sobre la economía española, coincidiendo todos los analistas que nos encontramos ante el mayor desafío de los últimos 80 años, como lo acreditan ya referencias tan reveladoras como las cifras de desempleo de abril o la contracción del PIB en el primer trimestre.
Colocándonos en un escenario neutro, la economía española se desplomará al menos un 10% en 2020; el paro se disparará hasta el 20% al finalizar la prórroga de los ERTEs (que se ha extendido hasta finales de junio); miles de empresas serán incapaces de abrir sus puertas cuando se levante el confinamiento que padecemos (máxime si éste se prolonga mucho más allá de las cuatro próximas semanas); la temporada turística (15% de nuestro PIB) se da por cuasi perdida este año; el consumo se hunde, la actividad industrial languidece, las exportaciones se estancan, la deuda se dispara, el déficit no bajará del 10%… y así podríamos seguir enumerando los mastodónticos problemas que acechan a un futuro que apenas encuentra un ápice de esperanza en la magnífica disposición del BCE, decidido a poner “toda la carne en el asador” para apoyar a los países más penalizados por la crisis y ello pese a que el Tribunal Constitucional alemán se mostró tremendamente crítico -en sentencia conocida este martes- con estas políticas hiperlaxas, dándole incluso a Lagarde un plazo de tres meses para que justifique la necesidad de las compras masivas de deuda que está realizando.
Con tan incierto presente, que el Ibex se dejase ese 2´01%, no puede sorprender a nadie, como tampoco lo hará que el valor más penalizado haya sido IAG, que publicó pérdidas en el primer trimestre de más de 1.600 millones y mantiene en pista a casi toda su flota. Mala semana también para Sabadell (-12´43%) y para Merlín (-8´75%), mientras dos de los valores con más peso, se situaban entre los mejores: ACS, que desde mínimos de marzo dobla su capitalización, recuperó un 4´26% y Repsol, que celebró con una subida del 3´85% la fuerte revalorización del petróleo en los mercados de crudo.
Tiempos difíciles los que nos han tocado vivir. Muy difíciles.