Golpe de timón en las bolsas que han registrado esta semana una súbita caída en sus cotizaciones, caídas que responden a un aparente cambio de guion. Por un lado, en el ámbito sanitario, el incremento de contagios conocidos en algunos países como Estados Unidos o España, sugiere que podríamos estar ante un rebrote de la pandemia; por otro, en el plano económico coincidieron varios factores: a nivel internacional, las desalentadoras previsiones de la FED, tras su reunión del miércoles augurando una caída del PIB estadounidense del 8´5% y un incremento del paro cercano al 10%; a nivel nacional, el baño de realismo que publicó el Banco de España sobre la evolución de nuestra economía, donde los peores escenarios apuntan una caída del PIB superior al 15% y una tasa de paro cercana al 25%; finalmente, las fuertes subidas de las anteriores semanas en un contexto socioeconómico muy complicado, invitaban también a los inversores a pasar por caja y realizar siquiera parcialmente las últimas plusvalías.
Este cóctel tuvo como resultado una semana teñida de rojo en todas las plazas bursátiles, cayendo el Ibex un 7´37%, descenso que dejó al selectivo con un saldo anual del -23´63%. Además, las pérdidas esta semana se han producido con un incremento notable de la contratación, dato que preocupa aún más a los expertos.
Como sucede siempre en situaciones tan volátiles como la actual, los valores cíclicos fueron los preferidos por los inversores para aligerar sus carteras, recibiendo los castigos más severos valores como Mediaset, Melia e IAG que cedieron respectivamente un 14´25,15´91 y 16´35%. Salió también mucho papel en el sector bancario retrocediendo BBVA un 11´36% y Santander un 12´18%. Inditex -el valor más capitalizado del parqué madrileño- recortó un 9´26%, lastrada la textil gallega por la publicación de unos resultados negativos por primera vez en su historia (-409 millones), confirmando su Consejero Delegado que mantendrá el dividendo ordinario de la compañía pero pospondrá el extraordinario.
De las pocas compañías que consiguieron terminar en números verdes, mención especial a la farmacéutica Grifols, que cotizó al alza (+0´94%) sus avances ligados al SARS-CoV-2.
El dinero que salió de la renta variable fue a parar a dos de sus refugios clásicos: los bonos alemán y americano. Las compras de estos activos llevaron la rentabilidad del “Bund” alemán hasta el -0´44%, desde el -0´27% del viernes pasado y al estadounidense del 0´93% al 0´70%.
De nuevo esta semana los ánimos de los inversores han dado un paso atrás. Esto no es necesariamente malo. Los niveles hay que reconquistarlos paso a paso.