Era una opinión unánime que España se “jugaba” mucho en la Cumbre Comunitaria que el pasado fin de semana celebraron en Bruselas los 27 Jefes de Gobierno de la UE. Aprobar un fondo de reconstrucción de 750.000 millones, de los que 140.000 corresponderán a nuestro país, nos parecía a todos un compromiso real de la Europa rica con la Europa más castigada por la crisis del Covid y un apoyo financiero clave para afrontar desde la unidad una coyuntura económica extremadamente difícil, apoyo con el que no contamos en la crisis de 2008, cuando quebró Lehman Brothers.

Pero donde no hay tanta coincidencia es en si esta inyección de liquidez será suficiente para, primero neutralizar y después reactivar, una economía que hace aguas y que apunta a un déficit anual escalofriante. En nuestra opinión, que se consiga o no el objetivo pretendido, va a depender más del destino de estos fondos, que del importe de los mismos. Dinero, parece que es más que suficiente para mitigar con creces buena parte de los desequilibrios que va a generar la crisis, pero poco o nada contribuirán a esta reactivación si los recursos no se emplean con criterios de eficiencia, frente a una tendencia natural de nuestros políticos (de uno y otro signo) a gastarlos con dudoso rigor, gasto que nos ha llevado a una deuda galopante.

Entre los inversores crece la desconfianza y así quedó reflejado esta semana en el parqué, donde el Ibex acabó perdiendo un 1´96% y eso que además del acuerdo de Bruselas, el selectivo contó también con otra referencia especialmente positiva: los sobresalientes avances de dos laboratorios en su carrera por encontrar una vacuna eficaz contra el coronavirus.

Tres valores de primerísimo nivel -Repsol, Telefónica y IAG– se situaron entre los más castigados, con caídas respectivas del 6´10, 6´39 y 8´54%. Bankinter celebró con una subida del 7´45% sus resultados semestrales, resultados que superaron las expectativas, aunque el banco presidido por Dancausa redujo su beneficio un 65%. Mal balance también el que presentaron las principales plazas europeas y muy pocas variaciones en Wall Street.

Mejores noticias las que llegaron desde los mercados de deuda. El dinero presionó con fuerza y la rentabilidad del bono cayó hasta el 0´35%, permitiendo a la prima de riesgo relajarse hasta los 80 p.b. Sólido el euro con el dólar, marcando fixing ambas monedas en las 1´16 unidades.

A este curso económico le quedan solo unas jornadas. El próximo va a estar muy condicionado por el control -o no- de los múltiples rebrotes del “dichoso” virus, que vuelve a expandirse incontroladamente.