Los caminos de las bolsas son, las más de las veces, inescrutables. Esta semana han llegado al parqué noticias verdaderamente adversas. Noticias que apuntan a una escenario económico problemático sin que más allá de los “optimistas patológicos”, nadie viese, salvo en la aparición de la vacuna, siquiera un pequeño brote verde.
La emergencia sanitaria está marcando picos crecientes en contagios y fallecidos, haciendo asfixiante la situación hospitalaria. Las vacunas no acaban de llegar y parece muy difícil cumplir el calendario establecido por el Gobierno, que fijaba en el 70% de la población el objetivo de vacunación para este mismo verano. El cierre anual de datos macro como el paro o la deuda han sido, sin paliativos, desastrosos. La realidad de muchas empresas y autónomos es crítica y solo unos ERTEs que se prolongan sine die, ocultan una realidad mucho peor que la que reflejan las ya dramáticas cifras oficiales.
En este contexto, no es fácil entender que esta semana el Ibex se haya revalorizado más del 5% o que los dos grandes bancos españoles -Santander y BBVA- subiesen en las últimas cinco sesiones un 15´45 y 17´36% respectivamente. ¿Cómo se explican estos espectaculares avances, más allá de las diferencias entre macroeconomía y mercados? Pues hay tres factores decisivos para ello: primero, que se han conseguido en un entorno bursátil de fuertes subidas, con los índices neoyorquinos marcando sucesivos máximos históricos; segundo, que la aparición -y eficacia- de las vacunas supondrían, cuando se normalice su distribución, una extraordinaria notica, ya que arroja por primera vez desde marzo luz al final de un túnel que se nos está haciendo a todos largo y sinuoso; y, en tercer lugar, las laxas políticas monetarias de los distintos bancos centrales, han drenado ingentes cantidades de liquidez, liquidez que ve en las bolsas españolas uno de los destinos -por rezagado- más atractivos en los que aposentarse, máxime desde los niveles actuales. Además del sector bancario, el dinero apostó con fuerza por el turístico y así, la cadena hotelera Meliá y la aerolínea IAG se colocaron en el grupo de cabecera con avances del 10´93% en el caso de la primera y del 11´52% en el de la antigua Iberia.
El “TikToK” chino, Kuaishou, triplicó su valor teórico en su debut en bolsa y su capitalización se disparó hasta los 132.000 millones de euros. Tendríamos que preguntarnos la racionalidad de esta operación. Pero racional o no, la aplicación de vídeos cortos ha hecho en un día multimillonarios a sus creadores. Son los tiempos.