Mala semana para la renta variable española. El aumento de la tasa de contagios pone en peligro la temporada estival y con ello gran parte de la recuperación económica tan anhelada. Países como Reino Unido, han sacado a las Islas Baleares como destino seguro para viajar y mucho nos tememos que a esta recomendación se sumen las de otros países e incluso, la amplíen a más zonas de nuestro territorio.
La incertidumbre sobre la evolución de la pandemia y el mal comportamiento de empresas con tanto peso como Inditex (que cayó un 5´52% tras anunciar un profift warning su competidora británica de venta online Asos), provocaron que el Ibex se dejara un 3´08%, siendo de largo el índice europeo con peor saldo.
Otra compañía que recibió un fuerte castigo por parte de los inversores fue Siemens Gamesa, cuyos títulos se desplomaron un 18% al confirmar que presentará unos resultados mucho peores de los esperados como consecuencia del encarecimiento de las materias primas.
El resto de índices bursátiles tuvieron mejor comportamiento, registrando ligeras pérdidas e incluso algunas plazas lograron anotarse ganancias, ganancias que en el caso del HangSeng chino superaron el 2%.
En el mercado de deuda, la rentabilidad del bono español se mantuvo prácticamente igual que hace siete días (0´36%), pero la caída del Bund alemán hasta el -0´35% provocó que la prima de riesgo subiese 6 puntos básicos, hasta los 71.
En los de crudo, el precio del barril de Brent bajó a los 73 dólares, después de marcar máximos de tres años hace tan solo unas semanas.
El principal lastre para la renta variable -pandemia aparte- es la temida inflación. En Estados Unidos, el pasado martes se publicó un repunte hasta el 5´4 %, cuando se esperaba que retrocediera. De momento, el presidente de la FED, Jerome Powell mantiene intacto su programa de compra de bonos hasta principios de 2022 y en Europa todo indica que Lagarde hará lo mismo que su homólogo americano.
Parece que las bolsas están en una zona de consolidación que podría durar varias semanas: los resultados empresariales que vamos conociendo, aunque son buenos, no son espectaculares; la macroeconomía pierde algo de fuerza sobre todo en China y, por último, – y casi lo más importante – continúa la incertidumbre sobre la evolución de la pandemia. A pesar de estos datos, mientras la TIR de los bonos siga en estos niveles, la renta variable seguirá siendo atractiva, aunque cada vez con más atención a una posible recogida de beneficios.