Cuando el jueves día 3 hablaron Putin y Macron sobre la crisis de Ucrania y el dirigente soviético le trasladó al francés que “lo peor estaba por llegar”, nadie hubiera podido siquiera imaginar que las bolsas registrarían estas últimas cinco sesiones un rebote tan espectacular como el que han experimentado muchas de ellas. Objetivamente, poco o nada ha cambiado esta semana para justificar la subida del 5´46% que se ha anotado el Ibex. La guerra se ha recrudecido; la inflación continúa descontrolada; la deuda pública escala galopantemente; crece por días el riesgo de “default” de Rusia; las materias primas se han disparado (con el gas natural a la cabeza) y aunque el petróleo ha logrado -al menos- frenar su espiral alcista, cotiza a 111 dólares/barril, un 40% más caro a como lo hacía hace solo tres meses. Frente a esta batería de pésimas referencias, los inversores apenas contaron con la buena disposición de los Bancos Centrales de seguir implementando medidas que palíen las tensiones monetarias, la unánime repulsa de toda la comunidad internacional a la invasión rusa, concretada en la aplicación de fuertes sanciones económicas al Gobierno de Moscú y las declaraciones de Putin admitiendo “ciertos cambios positivos”.

El selectivo, que el lunes llegó a caer intradía más de un 5% haciendo peligrar incluso el nivel de los 7.000 enteros, acabó el viernes por encima de los 8.100 puntos. El dinero se posicionó de forma mayoritaria en las acciones relacionadas con las energías renovables y así Siemens Gamesa, Acciona y Solaria se revalorizaron respectivamente un 11´42%, 15´79% y un 27´16%. Acerinox fue la cotizada más castigada del parqué, dejándose sus títulos un 8´54%.

En Europa y Estados Unidos tendencia también alcista, aunque bastante más moderada, mientras en Asia el papel ganó claramente la partida, con mención especial para el Hang Seng chino que se derrumbó más de un 6%.

En los mercados de divisas, euro y dólar se movieron en el entorno de las 1´09 unidades y en el de criptodivisas, el bitcoin (cuya cotización llegó a superar los 42.000 dólares) acabó desinflándose por debajo de los 40.000. En los de deuda, la rentabilidad del bono español se tensó (al igual que todos sus homólogos) y pasó del 0´97% del viernes anterior al 1´23% de este último. En el mercado primario, el Tesoro celebró subasta de Letras a 3 y 9 meses, adjudicando casi 2.000 millones de euros a tasas negativas en ambos casos.

Importante impulso a las criptomonedas el que ha dado Joe Biden. El miércoles ordenó evaluar “de urgencia” la viabilidad del dólar digital, tratando así de mantener la centralidad del billete verde como divisa de referencia. Indudablemente, las cripto han venido para quedarse.