El dinero vuelve al parqué y vuelve con fuerza. En una semana plagada de referencias -con visita a nuestro país de la presidenta del BCE incluida- el Ibex se anotó una mejora del 2´85%, superando incluso los niveles prepandemia. Esta espectacular recuperación que ha registrado el selectivo en los tres últimos años, se ha apoyado básicamente en un contexto internacional muy favorable para la renta variable que, tras desplomarse con las primeras noticias que llegaron del Covid, se decantó claramente por las compras y eso pese a movernos en un escenario inflacionista no visto en las últimas cuatro décadas.
Valores de mucho peso como Sabadell, Santander o Arcelor se encontraron entre los más destacados, revalorizándose respectivamente un 8´64%, 9´11% y 9´32%. La peor parte se la llevó Grifols que, aunque ganó más de 200 millones en 2022, sus acciones terminaron cayendo un 9´88%.
Fuera, avances generalizados de los principales índices, con mención especial para el Hang Seng chino (+2´79%) y el Mib de Milán (+3%).
Preocupante repunte del bono a diez años, disparándose hasta el 3,73%, cotas no vistas desde 2014, siguiendo la estela del “bund” alemán que cerró en máximos de una década. Serio revés del bitcoin, que perdió más de un 3%; subida del petróleo que se fue por encima de los 85 dólares y por su parte estabilidad del euro en los mercados de divisas.
Polémica decisión la que ha tomado el Consejo de Ferrovial de trasladar su sede social a Países Bajos. Se trata de la primera gran empresa del Ibex que cambia su domicilio fiscal. Son defendibles ambas posiciones: la de quienes opinan que habiendo construido la familia del Pino gran parte de su emporio en base a licitaciones públicas españolas no debería ahora cambiar su domicilio social fuera de nuestro país y la de quienes opinan que vivimos en un mercado abierto y todo empresario tiene derecho a optimizar su beneficio, yéndose -siempre dentro del marco legal, nacional e internacional- donde le den un mejor trato fiscal, bien a la propia sociedad o bien a sus accionistas mayoritarios. De momento, las bolsas parecen aplaudir la decisión de la constructora, que ha visto como sus títulos ganaron un 5´66% en la semana. Si los máximos accionistas de Ferrovial entienden que ese mejor trato se lo dan en Países Bajos, nuestro Gobierno solo puede intentar igualar esas condiciones. En todo caso, han quedado en evidencia las carencias del mercado único en Europa. Como con acierto apuntó Lagarde el pasado jueves, hay que armonizar las legislaciones fiscales porque “es necesario un mercado único de capitales”. Si no actuamos rápido en esta dirección, nos encontraremos con un gravísimo problema, problema del que países como España podemos salir muy mal parados.