La última semana de agosto ha estado llena de referencias contradictorias. La inflación española repuntó 3 décimas hasta el 2´6% manteniéndose -no obstante- como una de las más bajas de la Unión Europea (el IPC alemán se situó el pasado mes en el 6´1%, mismo nivel que la inflación subyacente aquí). La tasa de paro en la eurozona cayó a mínimos históricos… aunque en España cerró en el 11´6%, doblando prácticamente a la comunitaria. La actividad manufacturera china se contrajo por quinto mes consecutivo y el bitcoin continuó con senda errante pero finalmente consiguió mantenerse en el entorno los 25.800 dólares.
El Ibex terminó el viernes en los 9.449 enteros, acumulando en lo que va de ejercicio una subida del 14´83%. Unas declaraciones de la vicepresidenta primera del Gobierno Nadia Calviño, no descartando la continuidad -o incluso el incremento- del impuesto a la banca, provocaron que el papel se centrase en este sector y así Sabadell y CaixaBank presentaron peor saldo semanal con recortes del 2´43 y 2´62% respectivamente. La otra cara de la moneda la ofrecieron valores de mediana capitalización como Arcelor y Laboratorios Rovi que avanzaron un 4´35 la primera y un 4,48% la segunda y Repsol que recuperó un 4´51%.
Fuera, las bolsas hicieron un esfuerzo estas cinco jornadas por enderezar un agosto muy negativo sin poder evitar recortes severos en algunas plazas como la de Hong Kong, donde el Hang Seng se dejó un 8%.
Muy pocos movimientos en los mercados de divisas, donde euro y dólar repitieron fixing en las 1´07 unidades. En los de deuda la rentabilidad del bono a 10 años cayó hasta el 3´56%, coincidiendo con el descenso mensual medio del euribor por primera vez en algo más de año y medio (4´06%). Mucha actividad por contra en los de crudo, apreciándose el barril de brent más de un 3%, superando su precio los 88 dólares.
De lo complicado que se presenta el corto y medio plazo bursátil, da una idea bastante clara que el pasado mes de agosto la negociación en el parqué cayó a mínimos de los últimos 15 años. Un dato revelador al que contribuyó la subida de tipos de interés que registraron los mercados de renta fija, que se han convertido en una alternativa atractiva para capear unas turbulencias que un buen número de parámetros macro vienen apuntando desde hace varias semanas.
Como apuntó la semana pasada Powell en la reunión de Jackson Hole, la situación económica mundial -y la estadounidense en particular- obligará a seguir manteniendo unas políticas monetarias férreas en los próximos meses. Nos queda un largo camino para estabilizar los precios y tratar de equilibrar el deteriorado crecimiento económico. Habrá que armarse de paciencia.