Semana plagada de referencias. Los resultados empresariales conocidos estos últimos días y la buena cifra del PIB estadounidense (superando ampliamente las expectativas del mercado), primaron sobre los malos datos del PMI de la eurozona y el IFO alemán, permitiendo a las principales plazas bursátiles terminar con ganancias de entidad.
Aquí, el Ibex volvió a ser el índice que menos subió entre sus homólogos europeos y terminó con un avance del 0´79%, penalizado por el fuerte peso que tiene el sector bancario en nuestro selectivo. Bankinter, a pesar de presentar unos resultados récords estos fueron menores de lo esperado por el mercado y así, la compañía presidida por Dolores Dancausa fue una de las que peor se comportó -superada por Solaria (-6´02%)-, dejándose un 1´29% y arrastrando al resto de entidades, destacando el descenso del 1´68% que registró el Banco Santander. En el lado positivo, fuerte revalorización de Grifols, que se disparó más de un 14´24% recuperando parte del terreno cedido desde que se conoció el informe de Gotham City, animada la compañía de hemoderivados por liberarse de las presiones bajistas y apuntar la CNMV que, en principio, no ha encontrado evidencias a las acusaciones de manipular sus cuentas.
Fuera, subidas de entidad en las todas las bolsas (salvo el Nikkei japonés que cedió un 0´61%) con mención especial para el Hang Seng chino, que repuntó más de un 4%.
Caída de los bonos en los mercados de deuda. Las obligaciones a diez años bajaron hasta el 3´19%, terminando la prima de riesgo en los 90 enteros, 4 puntos básicos menos que la semana anterior. En los de divisas, el euro perdió posiciones en su cambio con el dólar, marcando fixing ambas monedas en las 1´08 unidades.
Comportamiento dispar también en los de cripto y materias primas. En los primeros, el mal inicio de los ETF sobre el bitcoin penalizó a la principal divisa digital, pero finalmente se revalorizó un 0´44% y cerró superando los 41.800 dólares. En los segundos, el petróleo recuperó los 80 dólares/barril, nivel que no tocaba desde diciembre.
Las principales entidades monetarias siguen manteniendo sin cambios sus tipos de interés a la espera de que baje la inflación. El lunes, el Banco Central chino dejó invariable el precio del dinero en el 2´5%, pero lanzó nuevos estímulos. El martes la autoridad monetaria nipona continuó con su política ultralaxa en el -0´1% y por último, el jueves la presidenta del BCE -Christine Lagarde- decidió mantener los tipos en el 4´5% (máximos desde 2001) y afirmó que sería “prematuro” bajarlos ahora debido a las tensiones geopolíticas y la alta inflación. La semana que viene será el turno de la Fed, pero no parece que se vaya a desmarcar de esta tendencia.