Parecía que tres variables marcarían la semana: el aumento de tensiones geopolíticas (tras conocerse las amenazas de un posible ataque de Israel a Irán); los malos datos macro (destacando el repunte por encima de lo esperado de la inflación de Reino Unido y la contracción del PMI de la eurozona frente al crecimiento previsto) y, el aumento de los temores en la economía americana, que provocaron que Moody´s recortarse la calificación crediticia a Estados Unidos de AAA a Aa1 y degradando también su deuda, rebaja que no había hecho ni en la crisis financiera de 2008. Pero el viernes, la amenaza de Trump de imponer aranceles de hasta del 50% a las importaciones europeas a partir del próximo mes, tiñó nuevamente de rojo las bolsas mundiales.
El Ibex, que llegó a superar los 14.300 puntos a mediados de semana, terminó prácticamente sin cambios en los 14.104 enteros. La compañía de defensa Indra, se disparó un 11,15%, acumulando en lo que va de ejercicio casi un 100% de revalorización, animada por la mejora de valoración de Kepler, que elevó su precio objetivo un 83%, mientras Inditex, penalizada por las nuevas tarifas de la Administración Trump, se dejó un 4%.
Fuera, signo mixto Asia y pérdidas de entidad en Europa y Wall Street, con mención especial para el 3% que cayeron el Mib de Milan y el S&P.
Dispar también el comportamiento de los bonos en los mercados de renta fija: con bajadas del español y el alemán, mientras el americano se fue por encima del 4,50%. Recuperación del euro en los de divisas, marcando fixing el euro con el dólar en las 1,13 unidades. En los de materias primas, las malas previsiones económicas de EEUU y el aumento de los inventarios semanales de crudo, acusó la cotización del petróleo, que bajó más de un 1% estos últimos cinco días.
El bitcoin, que consiguió nuevos máximos por encima de los 111.000 dólares el jueves apoyado por los avances de la Ley de Stablecoins en el Senado norteamericano, cerró el viernes en el entorno de los 109.000 dólares.
El jueves, la Cámara de Representantes de EEUU, tras semanas de negociaciones, aprobó por tan solo un voto, la reforma fiscal de Trump, reforma que ahora tendrá que ratificar el Senado y que incluye un aumento de 4 billones de dólares en el techo de deuda, recortes de impuestos y reducción del gasto social. La “Gran, Bella Ley”, como la llama el presidente norteamericano, podría aumentar significativamente la deuda del país, que ya asciende a 33 billones de dólares, un 125% del PIB estadounidense, incluso pudiendo convertirla en perpetua, lo que está suscitando dudas a los mercados de deuda y devaluando significativamente su moneda.