La situación en Oriente Medio empieza a pasar factura a los mercados. El temor a un recrudecimiento del conflicto mantiene en vilo a los inversores, que se muestran extremadamente preocupados con la deriva que están tomando los acontecimientos. Como sucede siempre en casos similares, estamos asistiendo a un trasvase de fondos desde la renta variable a la fija: las bolsas caen con fuerza y los bonos se disparan.
Recortes muy severos en las dos primeras plazas asiáticas (Hong Kong y Tokio) dejándose un 3´77% el Hang Seng chino y un 3´27% el Nikkei japonés. Más moderados los descensos en Europa y Estados Unidos, mientras los principales índices continentales perdieron cerca de un 2%, los americanos “solo” cedieron en torno al punto porcentual.
Aquí el Ibex, logró al menos mantener el nivel de los 9.000 enteros, bajando estos últimos cinco días un 2´21%. Dos valores de mediana capitalización ofrecieron la cara y cruz del selectivo. La farmacéutica Grifols, lideró los números rojos retrocediendo sus acciones un 10´96%; la nota positiva vino de la mano de Bankinter, que respondió con un alza del 6´02% a la mejora de sus resultados en los primeros nueves meses del año (el banco naranja ganó 685 millones, un 59% más que en el mismo periodo de 2022, beneficiadas sus cuentas por el aumento de margen propiciado por la subida de tipos de interés).
Fuerte repunte de la rentabilidad en los mercados de bonos: el español se disparó hasta el 3´99%, 11 “pipos” más que siete días antes, mientras el estadounidense, llegó a superar a mediados de semana el nivel psicológico del 5%, nivel que no alcanzaba desde antes de la crisis financiera de 2008. En los primarios, el Tesoro adjudicó casi 6.000 millones en letras a 3 y 9 meses y obligaciones a 7 y 10 años, viéndose forzado en todos los casos a subir el marginal para los compradores. Mucha más estabilidad en los cambiarios, donde euro y dólar marcaron fixing oficial en las 1´05 unidades.
Gran beneficiado de la convulsión general que están viviendo los mercados fue el bitcoin, que se revalorizó casi un 10%, en respuesta al resurgir de las expectativas de un eventual visto bueno de la SEC a los ETFs al contado.
Las tensiones geopolíticas también impulsaron al barril de Brent, que se fue hasta los 93 dólares, acercándose a máximos de los últimos doce meses… y estas mismas tensiones favorecieron igualmente al oro, cuya cotización superó los 2.000 dólares la onza, volviendo a convertirse en una de las opciones preferidas por los inversores para refugiarse de situaciones tan complicadas como la actual.
La batería de resultados que va a llegar al parqué la próxima semana apenas será relevante. Solo importa la guerra.