La crisis del coronavirus se complica y las bolsas se resienten. La decisión de la OMS, de declarar oficialmente como emergencia sanitaria internacional la extensión de esta epidemia, no hace sino confirmar que estamos ante un problema de consecuencias mayúsculas, con unas derivas económicas importantes, derivas que algunos analistas evalúan en el recorte cercano al 1% del PIB mundial y que podría incluso llegar a mermar más de un 2% el crecimiento en China.
En un ambiente de máxima preocupación y con el añadido de un contexto macroeconómico nada fácil, los inversores se apresuraron a sacar papel, vendiendo acciones y comprando bonos. Los recortes rondaron el 3% en Milán y París, superaron el 4% Londres y Frankfurt y el 5% en Hong Kong. Mejor “capearon el temporal” los dos principales índices estadounidenses y tanto Dow Jones como S&P se dejaron entorno al punto y medio porcentual.
Aquí el Ibex cedió un 2´03% y el lunes arrancará desde los 9.367 enteros. El sector financiero fue sin duda el gran protagonista en el parqué. Todas las entidades cotizadas presentaron estos últimos días sus cuentas y la mayoría de ellas mejoraron notablemente sus resultados con respecto al año anterior, permitiendo a Santander y BBVA encontrarse entre los valores con mejor saldo del selectivo. De esta tendencia sectorial se desmarcó el Sabadell que aunque mejoró sus números un 134%, entró en pérdidas en el cuarto trimestre del año y anunció un aumento cuantitativo de provisiones para cubrir la venta de cartera de activos tóxicos, referencias ambas que penalizaron a la entidad presidida por Oliu con un recorte del 15´56%.
Mención también a Siemens Gamesa. El fabricante de aerogeneradores publicó el jueves un nuevo “profit warning” (el tercero de los últimos 6 meses) y sus títulos se desplomaron cerca de un 8%.
La rentabilidad del bono cayó hasta el 0´22%, 11 pipos menos que el viernes anterior… y casi un 1% menos que hace un año. La prima de riesgo apenas se movió al comportarse el “bund” alemán de manera similar al nuestro.
El cambio oficial euro/dólar quedó anclado en las 1´10 unidades, mientras nuestra divisa se depreciaba ligeramente con la libra esterlina, coincidiendo con la consumación del Brexit. El mercado de crudo si adelantó una fuerte caída de la demanda a corto plazo y el barril de Brent bajó hasta los 56 dólares.
Aunque se inicia mañana un periodo de adaptación que se prolongará durante todo este 2020, formalmente Reino Unido ya no es miembro de la UE. La irresponsable decisión del exprimer ministro Cameron de convocar un referéndum apenas demandado, va a tener unas consecuencias muy negativas tanto para Londres como para Bruselas, consecuencias cuyo impacto en ambas economías no veremos en su verdadera dimensión hasta al menos 2021. Una irresponsabilidad mayúscula.