La pandemia, lejos de amainar, arrecia. Los últimos datos que se están conociendo son verdaderamente descorazonadores y la tercera ola del Covid amenaza con ser la más mortífera de todas, con cifras ciertamente dramáticas. Esto está causando estragos sobre todo en las economías más débiles de la UE, economías entre las que por desgracia se encuentra la nuestra, con una deuda pública mastodóntica, un déficit desbocado y un desempleo tercermundista.

Así las cosas, a nadie puede sorprender que nuestras bolsas sigan registrando en este inicio de año el peor saldo entre sus homólogas y que -tras un comienzo de ejercicio prometedor- hayan vuelto a los números rojos, dejándose el Ibex estas últimas cinco sesiones un 2´36%, alejándose del nivel psicológico de los 8.000 puntos (el lunes partirá desde los 8.036 enteros)

El papel volvió a cebarse con los valores más ligados al turismo y en particular con la aerolínea IAG y la operadora AENA, que cedieron respectivamente un 6´56 y 7´5%. Pésima semana también para el sector financiero, desplomándose Santander, Caixabank y Bankia un 5´13, 7´69 y 8´16%, cada una de ellas. Esquivaron los recortes apenas un pequeño grupo de cotizadas, con Siemens Gamesa y Cellnex al frente del mismo: los títulos de la primera se revalorizaron un 4´38% y los de la segunda un 8´03%.

En el exterior, pérdidas mucho más moderadas en Europa, ganancias de cierta entidad en Wall Street y ciertamente jugosas las plusvalías en China, donde el Hang Seng se disparó más de un 3%.

Aunque la rentabilidad del bono a 10 años se dobló esta semana (del 0’06 al 0’12%) la prima de riesgo apenas subió 5 puntos básicos (cerró en los 63 “pipos”) mientras, el cambio euro/dólar no se movió del nivel de las 1’21 unidades. Tampoco sufrieron variaciones significativas en los mercados de materias primas ni el oro (terminó el viernes en los 1.853 dólares), ni el petróleo (el barril de Brent arrancará la desde los 55´51).

Todo hace prever que este 2021 va a ser también otro año complicado. Muy complicado. Aunque al menos tendremos una presidencia norteamericana mucho menos convulsa con Joe Biden. Importante que las ingentes cantidades de liquidez que van a llegar a los mercados se apliquen con criterios rigurosos. Uno prioritario será el de sostener a los más desfavorecidos por esta crisis sanitaria, pero otro también importante será el de utilizar ese dinero en la modernización real del cada día más vetusto sistema productivo español. Para lo uno y para lo otro, debe aplicarse este dinero.