Se resisten los 9.000 puntos. El Ibex chocó por tercera semana consecutiva con la “barrera” de los 9.000 enteros, penalizado por la falta de referencias positivas, el vértigo que empiezan a sentir algunos inversores tras el espectacular rally que ha vivido la renta variable este último año y sobre todo, por las cada día más frecuentes y alarmantes señales inflacionistas que están llegando al parqué.
El selectivo cerró en los 8.906, dejándose desde el viernes anterior un 1%, lastrado nuestro principal indicador por el pésimo comportamiento del sector turístico, sector que recibió con preocupación la noticia de la aparición en Reino Unido de una nueva mutación de la variable Delta, que hace temer un fuerte rebrote de coronavirus en aquel país. Meliá e IAG, fueron los valores más penalizados, dejándose los títulos de la hotelera un 10´5% y los de la aerolínea un 14´5%. En el otro lado de la balanza, la nota positiva vino de la mano de Solaria, cuyas acciones se revalorizaron un 13´6% tras la subasta de renovables del pasado miércoles.
En el exterior, sin duda, la nota más destacada fue la subida próxima al 3% del Hang Seng, favorecido el índice chino por el quiebro de Evergrande a un “default” que todos daban por inevitable. La constructora evitó su bancarrota haciendo efectivo el pago del cupón vencido el 23 de septiembre, por un total de 83´5 millones.
El martes comenzó a cotizar el primer ETF de futuros sobre bitcoins en Wall Street. A rebufo de este debut, la criptomoneda se movió toda la semana en zona de máximos históricos, llegando a superar incluso el nivel de los 66.000 dólares, con unas plusvalías en lo que va de ejercicio cercanas al 400%.
Mucho más estables los mercados de deuda, divisas y petróleo. En los primeros, la rentabilidad del bono a 10 años se fue hasta el 0´52% con la prima de riesgo en los 62 “pipos”. En los cambiarios, el fixing euro/dólar se mantuvo anclado en las 1´16 unidades. Finalmente, en los de materias primas, el barril de Brent se fue por encima de los 85 dólares rozando máximos de los últimos 5 años.
Las grandes firmas de moda mundiales (Zara, H&M, Primark…) ven peligrar su hegemonía en el sector con la entrada en juego de un nuevo competidor: Shein. La compañía china que basa su éxito en la producción ultra rápida siguiendo las pautas que le adelantan las consultas por internet, ha logrado convertirse en poco tiempo en la marca dominante en el mercado online. Cambios bruscos como este serán cada día más frecuentes en un mundo globalizado que se mueve a velocidad de vértigo. Lo que hoy es nuevo, mañana ya es antiguo.