La semana trajo tres referencias macro de gran importancia y signo bien distinto. La encuesta EPA reflejó una caída del desempleo en el tercer trimestre de 127.000 personas, con 359.000 nuevos ocupados y una población activa que supera los 20 millones de trabajadores por primera vez desde 2008,un dato sin duda positivo, aunque cabría matizar que se mantiene una altísima temporalidad y que buena parte de esta mejora se ha conseguido con el notable incremento del empleo público. El segundo, fue menos favorable: el PIB en el último trimestre remontó “solo” un 2% y moderó su avance interanual hasta el 2´7%, un resultado sensiblemente inferior al que barajaban el grueso de los analistas. Pero la noticia verdaderamente alarmante se conoció el jueves: los precios se dispararon en octubre hasta el 5´5%, según el indicador avanzado del INE, confirmando la inquietante tendencia que dibujaba meses atrás, tendencia que de no lograr invertirse comprometería seriamente la recuperación económica, ya que este alza de precios dispararía el gasto y mermaría notablemente los ingresos, con lo que déficit y deuda tensionarían aún más una situación -ya de por sí- bastante preocupante. Habrá que confiar que esta subida de precios sea coyuntural y obedezca a la frenética escalada de la factura eléctrica, ya que el IPC subyacente (que no contempla ni los precios energéticos ni los de los alimentos sin elaborar) se encuentra estable en el 1´4%, muy en línea con las previsiones del Gobierno.
Con este escenario macro, los inversores supieron contener los nervios y el Ibex, lejos de amilanarse, cerró la semana recuperando un1´70%, siguiendo la tendencia de las principales plazas europeas. Mucho que ver con este avance tuvo el 6´61% que subieron los títulos de BBVA, que anunció un programa de recompra de acciones de hasta 3.500 millones tras publicar unas ganancias en los nueve primeros meses del año de 3.311 millones…frente a las pérdidas de 15 millones que registró en el mismo periodo del año pasado. La nota negativa vino de la mano de Fluidra: la fabricante de piscinas se dejó un 10%, pese a triplicar su beneficio en lo que va de año y elevar sus previsiones de cara al próximo ejercicio.
El bitcoin logró mantener su cotización por encima de los 60.000 dólares y ello pese a la prohibición de la SEC de autorizar la emisión de ETFs apalancados sobre la criptodivisa. El euro perdió el nivel de las 1´16 unidades con el dólar, mientras el bono tampoco registró cambios significativos(0´61%), con la prima de riesgo en los 72 pipos.
Tras varias semanas intentándolo, por fin el Ibex consiguió cerrar por encima de los 9.000 puntos. Muy meritoria esta subida en unas circunstancias tan tremendamente complejas.