Literalmente “black friday” se corresponde en castellano con “viernes negro”. Desde mediados del siglo pasado en el mundo anglosajón se conocía como “black friday” al día que los comerciantes se deshacían de todos los restos de temporada y empezaban la campaña de ventas navideñas, pasando sus cuentas de los números rojos a los negros. Nada que ver con la versión económica de “black thursday” o “black monday” que se refieren a los famosos jueves y lunes negros, que vivió en distintas épocas Wall Street en sus sonados cracks de 1929 y 1987. Antes de ayer (coincidiendo con el “black friday” prenavideño) el fantasma de un nuevo viernes negro bursátil planeó sobre el parqué madrileño cuando solo unos minutos después de iniciarse la sesión, el Ibex se desplomaba casi un 5%, tendencia que se mantuvo ya durante toda la jornada quedando las pérdidas semanales en el 4%.

Entre los grandes, dos entidades financieras y dos compañías ligadas al sector turístico se encontraron en el grupo de cotizadas más castigadas y así, Amadeus, Santander, BBVA e IAG se dejaron respectivamente un 5´75%, 9´01%, 10´31% y 12´37%%. Pocos valores sortearon los números rojos y entre ellos, mención especial para Endesa y Naturgy que se revalorizaron respectivamente un 4´61% y 5´45%.

Tendencia muy similar a la de aquí la que registraron las principales plazas foráneas, con recortes en torno al 4% en París, Milán y Frankfurt y algo más moderados en China y Japón. Estados Unidos, que hasta el jueves logró mantenerse en verde, acabó sucumbiendo a la presión del papel y sus tres principales indicadores retrocedieron alrededor del 2%.

Mucha volatilidad también en los mercados de deuda. El bono a diez años, que siete días antes cerró en el 0´38%, lo hizo antes de ayer en el 0´42%, llegando el miércoles a rozar el 0´55%. Tampoco bajaron las aguas mansas por los de crudo, desplomándose el barril de Brent el viernes más de un 11%, neutralizando con creces la fuerte subida del martes anterior, cuando naciones como Estados Unidos, Japón o India decidieron liberar de forma coordinada sus reservas de petróleo.

Culpa de la fuerte inestabilidad que están viviendo todos los mercados financieros la tiene el repunte de casos Covid a nivel mundial y la aparición de la nueva cepa sudafricana, referencias ambas que han provocado que algunos gobiernos hayan vuelto a un confinamiento general (caso de Austria) y otros muchos se hayan visto forzados a implementar de nuevo muchas de las restricciones que aplicaron en los peores momentos de la crisis. El temor a que esta ola comprometa la ya de por sí timorata recuperación económica está cada día más extendido. Mucho nos tememos que viene un invierno, duro, duro, duro.