La guerra en Ucrania está penalizando con fuerza a todos los mercados.
Las bolsas -sobre todo la de Europa- se desplomaron la semana pasada, aquí, el Ibex perdió más de un 9% (la mayor caída desde que empezó la pandemia). Los inversores se intentan refugiar tanto en la deuda como en el oro, subiendo con fuerza las rentabilidades de los principales bonos y alcanzando máximos de agosto de 2020, hasta los 2000 dólares/onza los segundos.
Sin embargo, donde más se están notando las tensiones es en los mercados de materias primas, cuyos precios se están disparando hasta niveles no vistos desde 1970.
Rusia es el mayor proveedor de energía de Europa y, además, para poder llevar a cabo los ataques sobre Ucrania, necesita los ingresos por la exportación de gas y petróleo y más ahora, tras las sanciones impuestas por Estados Unidos, Reino Unido y la UE. Los principales Bancos Centrales han congelado las reservas en divisa extranjera del Banco de Rusia, y las principales agencias de calificación (S&P, Moody´s y Fitch degradaron a bono basura su deuda), estas sanciones provocaron desplomes superiores al 40% del rublo a pesar de subir los tipos de interés hasta el 20%.
Moscú exporta el 40% del gas y el 26% del petróleo de la Unión Europea. El gas, la semana pasada terminó por encima de los 200€/megavatio doblando su precio en una semana. Rusia es el tercer país productor de petróleo (por detrás de EEUU y Arabia Saudí), el barril de Brent ya se encontraba en zona de máximos, máximos que desde que comenzó la guerra no ha dejado de superar; el segundo de paladio, con el 37% de la producción mundial (este metal es necesario para sensores, memorias de ordenadores, coches eléctricos…); se encarga de la producción del 13% del titanio, encargado del sector aeroespacial; del 7% de Aluminio y Níquel.
En los cereales, el 28% total del trigo lo producen Rusia y Ucrania, teniendo el 18% mundial este primero; estamos empezando a notar la escasez de aceite de girasol, cuya participación de Ucrania es del 55%. Para solucionar este problema, ya han comunicado desde Ucrania que tienen ferrocarriles listos para continuar con la exportación de productos agrícolas, sobre todo de cereales ucranianos que representan un 11% del mercado mundial.
Parece que no habrá cortes de suministros como se preveía al principio, ya que la relación de Europa con Rusia es bidireccional. Nosotros necesitamos su gas y ellos necesitan nuestros recursos, por lo que este corte sería perjudicial para ambas partes. Para dejarnos ciegos… se quedará tuerto.
Pilar Bardají (Bardají&Asociados)