Si empezábamos nuestra anterior crónica diciendo que los mercados habían vivido “una semana muy densa”, lo mismo podíamos decir de esta.
Las noticias relevantes se suceden en el parqué. La presión de los tipos de interés al alza está haciendo que los principales bancos centrales endurezcan sus políticas monetarias, endurecimiento que tiene como principal objetivo contener una inflación que, aunque nos dicen que “coyuntural”, tiene también un fuerte componente estructural. De hecho, la subyacente -que no contempla ni alimentos frescos, ni productos energéticos- ha escalado este mes hasta el 4´4%, un nivel que mantiene encendidas todas las alarmas y que como tantas veces hemos dicho es absolutamente prioritario controlar, pero para ese control será necesario reducir un IPC que -aunque los precios bajaron en marzo del 9´8 al 8´4%- sigue mostrándose desbocado.
En clave micro, estas últimas cinco jornadas numerosas cotizadas han presentado sus cuentas del primer trimestre del ejercicio, reflejando casi todas ellas mejoras notables sobre el mismo periodo del año anterior (cuando la pandemia estaba aún haciendo estragos).
En el terreno macro, la referencia más relevante fue el mal dato del PIB estadounidense que se contrajo hasta marzo un 1´4%, muy lejos de las expectativas que barajaban el grueso de los analistas. Aquí, el español, según publicó el INE apenas creció 3 décimas, constatando una preocupante desaceleración de nuestra economía.
De puntillas pasaron noticias como el dato de empleo (el paro subió en más de 70.000 personas), las tensiones que siguen registrando los mercados de deuda (con el bono acercándose al 2%, máximos de 5 años), la victoria de Macron en las elecciones francesas, el repunte del covid en China, los nuevos mínimos del euro, el corte de suministro de gas ruso a Polonia y Bulgaria o el acuerdo alcanzado por Twitter y el multimillonario Elon Musk para adquirir la red social por un importe superior a 44.000 millones de dólares.
En medio de esta efervescencia, el Ibex logró al menos mantener holgadamente el soporte de los 8.500 puntos, dejándose desde el viernes anterior un 0´79%. Dos valores de primerísima fila ofrecieron la cara y cruz del parqué. En el lado positivo la cadena de hoteles Meliá que, al calor de las inmejorables expectativas para el sector, se revalorizó un 13´8%. En el lado opuesto se situó el Banco Santander, que con la publicación de unos beneficios en el primer trimestre del año de 2.545 millones de euros y coincidiendo con el pago del dividendo complementario que hará efectivo el próximo 2 de mayo, se desplomó un 11´04% acercándose a mínimos anuales.
Otra semana intensa. Lo mejor es, sin duda, que los mercados están consiguiendo mantenerse en pie, algo que dadas las circunstancias es meritorio. Muy meritorio.