Hace un año, publicábamos en nuestro blog una entrada sobre la evolución del IPC en España. El mismo se titulaba “IPC: Máximo en 13 años”, y estaba “solo” en el 4%.
Entonces, el Gobierno apuntaba que era un “episodio transitorio” mientras el BCE, mantenía su previsión del IPC de la eurozona en el 1´5% para 2023 y creía que, aunque continuaría subiendo, caería en 2022…
Así bien, un año después, la inflación en nuestro país sigue registrando récords históricos, acumulando tres meses consecutivos por encima del 10% y marcando máximos desde 1993, situándose en agosto en el 10´4%, mientras el subyacente terminó en el 6´4% (hace sólo un agosto de 2021 estaba en el 0´7%).
El IPC de la eurozona también ha continuado su escalada, terminando en el 9´1% en agosto (frente al 8´9% anterior) sufriendo el mayor encarecimiento de toda la serie histórica.
Si en nuestra anterior entrada decíamos que esta fortísima subida estaba provocada tanto por el repunte del petróleo (por falta de suministros) como por los precios récords de la luz (hace 12 meses marcaba máximos en 189´9€/megawatio y ayer cerró en 476´39€/MWh), ahora hay que sumarle la guerra en Ucrania, la crisis de suministros de gas y las sequias actuales.
Con este panorama tan sombrío, no era de extrañar que los principales bancos centrales tomaran todas las medidas posibles para intentar contener esta situación y así:
Estamos ante una situación verdaderamente complicada, habrá que tener paciencia y esperar para ver cuál será el “modus operandi” de los principales bancos centrales en sus próximas reuniones.
Pilar Bardaji (Bardaji&Asociados)