Eso fue lo que nos llevan demostrando estas chicas en los ocho años que llevan pisando las tablas de nuestro teatro. Siempre reconocidas por sus dulces voces y sus tipos muy cuidados, no renuncian a, año a año, conseguir ese toque de gracia que siempre se suele decir que les falta a las murgas intregradas por mujeres.
El año pasado consiguieron su mejor resultado hasta la fecha con su recreación de un auténtico Cabaret. Pisando fuerte en el escenario fueron la única murga femenina en conseguir pisar las semifinales. Este año les gustaría conseguir como mínimo un igual resultado, pero sin renunciar a su sello como murga.