La mañana y la blancura del musulman en Badajoz
El día seis de Julio salía al amanecer, cuando el sol se atreve airoso con la noche y se levanta luminoso y ardiente en esfera de luz y calor estival, miraba las murallas y la alcazaba, las palmeras señoriales de la circunvalación, iluminadas por esa luz de grandeza, y llegando al puente del Rivillas me impresionó contemplar a un musulmán de blanco riguroso y refulgente con su chilaba, que me recordaba a la túnica del Señor transfigurado en el Horeb , a la vez que me invitaba pensarlo en muchos siglos atrás. Recordé que ese día era pascual y glorioso para la comunidad islámica que celebraba su final del Ramadán, razón posible de esa vestidura festiva y refulgente, con la alegría de su esperanza en la fuerza de la trascendencia de que es buena y les bendice en Alá.
Sangre y dolor, en el deseo de la purificación.
En ese momento recordé cómo este ramadán he ido siguiendo todas la noticias de atentados terroristas de yihadismo, a veces con gestos suicidas de los propios terroristas entregándose en actos de barbarie y destrucción. En el equipo de Diálogo interreligioso hablamos de esta situación de dolor, en especial para el mundo islámico, y dijimos de dar constancia de todos los atentados durante este mes. Mi amigo Alberto Gata, joven universitario que se debate con su trabajo fin de grado en Historia, miembro del equipo se prestó a hacer balance de estos atentados y hoy recibo sus datos, que lo son de tristeza y de motivo de comunión y abrazo con todos los musulmanes auténticos que viven el ramadán como lugar de conversión y bondad en su camino a la santidad.
Su lista daba un resultado de casi cuatrocientos muertos y cientos de heridos, aquí están datados por mi amigo Alberto:
Los fundamentalistas han conseguido ensangrentar el Ramadán:
-7-8 de junio: Bagdad fue sacudida por dos terribles atentados con coche bomba a los pocos días después de empezar el Ramadán. El balance total fue de 31 muertos y más de 70 heridos.
-11 de junio: doble atentado en un barrio predominantemente chií en las afueras de Damasco (Siria). El saldo fue de 12 muertos y más de 50 heridos.
-12 de junio: Un ciudadano estadounidense de familia afgana perpetró una terrible masacre en Orlando (Florida). El objetivo fue un local gay de la ciudad, el Pulse. El balance de víctimas mortales y heridas fue de 50 muertos y 53 herido.
-14 de junio: En Magnanville (Francia) a 50 km al oeste de París un yihadista asesinó brutalmente a un policía y a su esposa en su casa delante de su hijo de 3 años.
-28 de junio: Atentado en uno de los aeropuertos de Estambul (Turquía). Presuntamente el DAESH está detrás de ese atentado. El saldo fue de más de 40 víctimas mortales de los cuales casi la mitad eran turistas extranjeros y más de 200 heridos. Los tres terroristas que cometieron el atentado se inmolaron con bombas.
-1 de julio: 6 yihadistas asaltaron un restaurante en Dacca, la capital de Bangladesh, tomando rehenes. La policía pudo acabar con todos los terroristas pero el ataque costó la vida a 28 rehenes.
-2 de julio: El DAESH hizo explotar un camión bomba en una zona chií de Bagdad junto a una heladería. El balance de víctimas y heridos es de 213 muertos y más de 200 heridos.
-4 de julio: El DAESH comete 3 atentados en ciudades diferentes de Arabia Saudí. En el atentado de Medina murieron 4 policías y 5 civiles fueron heridos.
Los musulmanes, las primeras víctimas
La mayoría de los atentados cometidos durante el Ramadán han tenido lugar en países de mayoría musulmana como Irak, Yemen, Turquía, Bangladesh e incluso en la misma cuna de la religión islámica. La mayoría de las víctimas mortales de esos bárbaros atentados son musulmanes de a pie que no tienen nada que ver con esos asesinos bárbaros ni comulgan con sus paranoias. De ahí se llega a la conclusión de que los mismos musulmanes son las primeras víctimas del fundamentalismo islámico por partida doble: Son víctimas por sufrir en carne propia los atentados, el miedo y el terror de esos grupos fanáticos y, en el caso de los musulmanes residentes en Occidente, por ser objeto de las sucesivas olas de xenofobia e islamofobia desatadas a consecuencia de esos atentados.
De hecho los musulmanes chiíes están en el punto de mira del EI debido a que el grupo terrorista es suní y para ellos los chiíes son considerados herejes. Esa división del mundo islámico entre suníes y chiíes se remontan a los primeros tiempos del Islam, en concreto desde la muerte del profeta Mahoma, fundador del Islam.
No identificamos Islam y violencia
Desde el catolicismo somos conscientes de que el fundamentalismo religioso siempre ha estado presente en todas las religiones. El DAESH, como cualquier grupo fundamentalista, no representa ni al islam ni a todos los musulmanes. No todos los musulmanes comulgan con las locuras de esos asesinos. Estos asesinos, al emplear la bandera de la religión musulmana para justificar sus atrocidades, ensucian y mancillan la buena imagen de los musulmanes por todo el mundo. Esa imagen negativa es el caldo de cultivo que dio lugar a la aparición y ascenso de grupos y partidos de extrema derecha en Europa que fomentan el odio y la discriminación contra los musulmanes. El DAESH considera que su yihad o guerra santa es para defender su fe. En realidad todo conflicto religioso se desató más por motivos políticos, económicos y geo-estratégicos que por motivos religiosos.
Por eso hoy, desde la delegación diocesana par el Diálogo interreligioso de Mérida-Badajoz, queremos felicitar a la comunidad islámica del mundo y reconocer junto a ellos, y al propio Papa Francisco, que la religión auténtica nada tiene que ver con la violencia y la barbarie de los fundamentalismos. Los fundamentalistas islámicos ni representan a todos los musulmanes ni son auténticos musulmanes. Prueba de ello es la condena unánime por parte de las comunidades musulmanas de todo el mundo a las atrocidades cometidas por DAESH en los últimos 3 años.Como dijo el Papa Francisco en su visita apostólica a Albania en 2014: Nadie puede usar el nombre Dios para cometer violencia. “Matar en nombre de Dios es un sacrilegio. Discriminar en nombre de Dios es inhumano”.