Enviado desde Pedro de Alvarado, 9, 06006 Badajoz, España.
“De apóstoles y patrística, hoy”
El fin de semana me ha ofrecido la oportunidad de vivir y reconocer que las claves y raíces de la Iglesia de la que formo parte siguen permaneciendo hoy. Ha sido un viaje largo e intenso, al que podría calificarlo de eclesial, apostólico y patrístico. Me explico.
El curso pasado, en Mayo, en la asamblea del movimiento de Profesionales Cristianos de Acción Católica, del que formo parte activa, me pidieron que les acompañara en el equipo permanente como consiliario general. Ya lo había sido, en los primeros años de su nacimiento en el año 2002, cuando la Conferencia Episcopal lo aprobó para iniciar un proceso de evangelización en el ámbito profesional y cultural. Ahora tocaba seguir adelante con una realidad más consolidada, a la que se le ha pedido desde el espiscopado español que presentara su proyecto evangelizador y de futuro, junto a los demás movimientos especializados de acción católica en España.
Profesionales y apóstoles
El viaje que acaba ahora, en la tarde del domingo, ha sido respondiendo a esta llamada. Llevamos un año de reflexión sobre la realidad y el proyecto de nuestro movimiento y, desde ahí, hemos elaborado el borrador del proyecto evangelizador en el que estamos inmersos y deseamos continuar trabajando. He acompañado a María José Toledo e Belén Plaza, de Badajoz y Zaragoza respectivamente, presidenta y secretaria del movimiento. Una, médico cirujano, esposa y madre de dos hijos, otra, trabajadora social en la comunidad autónoma de Aragón donde trabaja en cuestiones de residencias y mayores. Nos hemos desplazado a Logroño, donde se encuentra el obispo consiliario de la Acción Católica, Carlos Escribano.
En el camino una parada en Palencia donde se encuentran compañeros de misión, y comida con el que es consiliario de ellos en esa diócesis, Pepe Rabanal, para llegar en la tarde noche a nuestro destino, donde se sumaba Belén desde Zaragoza. Allí, acogidos por el obispo del lugar, nos situamos en la tarea que nos convocaba. Mañana de trabajo como equipo permanente de cuestiones varias sobre todo de cara al trabajo del movimiento en este año sobre el tema de la igualdad y las profesiones, así como de la sesión de estudios que tendremos a nivel nacional en Mayo. Preparación del material para el encuentro en la tarde con el obispo. Todo un trabajo de verdaderos discípulos de Cristo, que sintiendo su llamada a ser pescadores de hombres, dejan sus redes, y hacen cientos y cientos de kilómetros para trabajar en comunión, siendo apóstoles comprometidos para la evangelización en medio del mundo, en el ámbito profesional y cultural, con una dedicación admirable e interpeladora de estos laicos, al menos para mí.
En comunión con los obispos
Por la tarde encuentro con Carlos Escribano, sobre un material elaborado a conciencia por el movimiento en el que se analiza la realidad, la historia del movimiento, las debilidades y fortalezas, lo específico y propio del mismo. Desde ahí nuestro proyecto evangelizador, ultimado por un buen equipo de profesionales militantes, donde presentamos realmente el ser y el quehacer de este proceso evangelizador que asumimos y proponemos a la Iglesia de España para poder hacer llegar la buena noticia al mundo, a través de las profesiones y la cultura. Recordaba yo el viaje de Pablo, tras su iniciación como apóstol, a Jerusalén para encontrarse con los apóstoles y contrastar y dialogar en torno a su proyecto apostólico y evangelizador, para acordar modos y lugares propios en comunión. Allí estábamos, desde el deseo apostólico, ante un obispo, propuesto por la Iglesia, para vivir lo que llamamos “la cuarta nota”, nuestra comunión con los pastores de la Iglesia. De broma, decía yo, que la cuarta nota en esta ocasión nos había costado mil cuatrocientos kilómetros. Fueron más de tres horas intensas de diálogo, análisis, encuentro, comunión, enriquecimiento mutuo, confirmación en la fe y en la misión. Un ambiente fraterno y familiar que culminamos con una cena compartida y alegre, de hermanos que agradecen al Padre la confianza que ha depositado en nosotros al poner nuestras manos esta labor y pedirnos que lo hagamos siendo uno, en verdadera comunión. La verdad que nos hemos vuelto confirmados en la fe y animados a nuestra misión, con la inquietud de poder presentarlo a los demás obispos para hacerlo más viable en las demás diócesis en las que todavía no se ha ofrecido como instrumento evangelizador y propio de la iglesia diocesana.
Padres de la Iglesia, hoy
Bien temprano, comenzábamos el viaje de regreso, pero el camino era distinto, ahora no volvíamos por la ruta de la plata, nos tocaba llegar a Madrid, por Soria, para acercarnos al Barrio de Pan Bendito, donde habíamos quedado con Pedro José Gómez Serrano, un hermano en la fe al que buscamos como acompañante para nuestra sesión de estudio. En el camino pensaba yo en la Iglesia primitiva y en aquellos que realizaron una labor insustituible, los santos padres. Aquellos que embebidos en la Palabra de Dios formaban y animaban a los cristianos con sus palabras y sus escritos, amén de con el ejemplo de sus vidas. Las comunidades se alimentaban de sus trabajos y los buscaban para formarse y crecer. Así era hoy, nosotros buscábamos a Pedro José, como hermano mayor en la fe, para que nos ayude en nuestra reflexión. Necesitamos claves para un juzgar teológico –Cristológico, eclesiológico, evangelizador- en lo que se refiere al ejercicio profesional como lugar de construcción del reino en lo que se refiere a la igualdad, como elemento de la fraternidad verdadera. Este año estamos descubriendo la desigualdad que se observa y se da desde las profesiones que ejercemos, y queremos la iluminación sobre lo descubierto. Pedro José es un hombre creyente de recorrido profundo en el seguimiento de Jesús, de comunidad cristiana y vida parroquial de base en un barrio muy sencillo, junto a gitanos e inmigrantes, director del departamento de historia de economía mundial en la Complutense –conocedor de la realidad del mundo y la sociedad acutal-, formado en teología y docente en el instituto teológico de pastoral, esposo y padre de dos hijas estupendas. Reflexiona, escribe, del mundo y el evangelio, lo comparte, lo entrega con una disponibilidad inusitada, y se ilusiona con lo que le pides y le propones acogiéndolo como propio. No hay duda de que está en la línea de los padres de la iglesia primitiva, con la misma gracia y frescura. Una alegría de que pueda estar con nosotros para compartir nuestra sesión de estudios y ayudarnos a profundizar en esa relación de vida y evangelio, desde el ser y el hacer profesional.
Vinos buenos, aquí y allí
Después camino a casa, con la luz de un sol impresionante, parada para reponernos y alimentarnos, y atardecer acogedor, en la mesa del altar, donde como los de Emaús, he puesto en manos del Padre este viaje apostólico y patrístico, en el que he sido enriquecido y enriquecido por estas personas del equipo y aquellos con los que nos hemos encontrado en la misión y en el deseo de ser apostólicos y auténticos. Sigo pensando y sintiendo que soy un afortunado… y el vino de la rioja tan bueno como los nuestros de Extremadura.