La sencillez y el silencio de una mujer
Hoy el evangelio nos muestra a Jesús en diálogo con sus discípulos que no acaban de entenderlo. Él les habla de que no dejen dejarse contagiar por la lógica -levadura- de los fariseos y los escribas, que tienen fachada pero se buscan a sí mismo en lo que hacen sin preocuparse de los demás. Y ellos entienden que les está riñendo porque sólo llevan un pan en la barca, que no han previsto para todos. Y Jesús les ayuda a entender que lo importante no es lo que tenemos sino cómo vivimos lo que tenemos. Jesús les quiere ayudar a descubrir la lógica del don y de la entrega. Un pan partido y entregado se multiplicará y dará de comer a muchos. En estos pensamientos andaba yo llegando a pie a la universidad cuando se viene a mi pensamiento Loly Durán de la Puebla de la Calzada, esposa de Manolo Méndez y madre de Loly, Adela y Ana.
Hace unos días fui invitado a la celebración sorpresa para el cumpleaños de esta mujer entrañable de uebla de la Calzada, la querida Loly. Eran sus sesenta años de vida, allí estábamos las personas representativas de su vida, su esposo, sus hijas con sus parejas, sus hermanos, sus sobrinos, amigos, y yo que he llegado a sus vidas no hace mucho pero que me siento unido familiarmente a ellos, por lo que hemos compartido y vivido juntos. No tanto, porque yo sea muy cercano, sino que ellos me han adoptado y me han hecho cercano y ser querido suyo, y eso es algo que no tiene precio.
Conocí a Manolo, su esposo, como un voluntario salesiano que había optado por hacer felices a los jóvenes y facilitarles todo lo que les ayudara a ser mejores. Yo acompañaba jóvenes de Juventud estudiante católica a convivencias en el colegio salesiano de la Puebla, y allí lo descubrí sirviéndonos gratuitamente sin conocernos ni pedir nada a cambio, o sea, todo hecho con la pura lógica del don. Se ofreció para venir y ayudarnos en la cocina de los campamentos, y allí me di cuenta que no era un voluntario, sino que eran una pareja matrimonial con una hechura de fidelidad, sencillez y compromiso incalculable, con él estaba esta mujer tan oculta y callada como importante. Después conocí a sus tres hijas y su ambiente familiar, y me di cuenta lo que se respiraba en su casa, una naturalidad insospechada. Allí cada uno se muestra como es, tanto para discutir como para dar la vida los unos por los otros. Y ahí entra la multitud de todos los familiares de una y otra parte, los vecinos, las asociaciones, las cofradías, las fiestas, los actos solidarios, partidos políticos, religiosas y religiosos, etc. Se dan sin exigir.
Loly y los suyos están rodeados de una nube ingente de testigos que pueden proclamar su bondad y cercanía, que saben en que Dios creen por cómo se mueven y son: El Dios de la alegría, de la unión, de la fraternidad, del compartir, de los jóvenes, de la Iglesia, de la política… del bien común, de lo humano y de lo más divino. Pero todos sabemos que Loly es una columna fuerte, sencilla y humilde que sostiene y facilita esa naturalidad con un silencio elocuente de la entrega amorosa, la que va desde su cuidado en la cocina en el centro de día, la organización de su casa, así como la disponibilidad para todo aquél que la necesita desde cualquier debilidad.
Querida Loly, Te emocionaste al vernos a todos sin esperarnos, pero todos estábamos allí porque nos emociona tu vida y tu persona, tu modo de ser y de darte. Todos te sentimos nuestra porque no haces otra cosa que darte sin apuntar nunca nada en el “debe”, tú solo tienes “haber y donación”. Por eso, no podíamos dejar pasar esta ocasión si decirte que te queremos de verdad con todos los tuyos. Ya sé por qué Manolo está tan cercano a la religiosidad de la Inmaculada, es que contigo ha descubierto lo que más vale en María de Nazaret, eres un verdadero espejo de su espiritualidad. Sí Loly es como la madre de Jesús que estaba en un segundo plano, pero se daba cuenta de lo que faltaba en la comunidad, y se ponía en activo para atender a los otros: su prima Isabel, los novios apurados.etc. Así eres tú callada y entregada, la que hace y no se nota, la que acompaña y sana amando. Tu postura ante el accidente y el dolor de Manolo nos lo ha demostrado. Sigue con nosotros, te cantamos como a la Virgen: Ven con nosotros al caminar, porque contigo todo es más fácil. Eres pan de cada día, bendito y partido, te multiplicas y en tu pan comemos multitud.
José Moreno Losada.