| José Moreno Losada
Dios quiere abrir mis ojos, regalarme la luz, sacarme de mi oscuridad y de mi ceguera. Jesús es la luz que viene a este mundo, pero las tinieblas no lo reciben. Una vez más la cuaresma nos toca a la puerta del corazón y nos habla de la luz de la vida, nos pide abrir ventanas, salir para ver. No se trata de encerrarnos en nosotros mismos, eso nos oscurece, sino de caminar en la historia, en la calle, la casa, la plaza, los caminos… y dejarnos tocar en lo profundo por la vida real, la de los sencillos y los pobres. Ellos tienen la mirada propia de lo divino, Dios en la vida diaria, pobre y sencilla les revela quién es Él y donde está su verdad de amor y de justicia. Es en la vida de los sencillos donde se aprende a valorar lo pequeño, a agradecer la vida, a compartir lo que se tiene, a unirse para vivir mejor todos. Salir de la ceguera del consumo, del tener, del éxito, del individualismo, es todo un reto que se logra por el camino de la fraternidad y de la entrega, del ayuno y de la limosna, pero para eso hay que encontrarse con el Dios encarnado en los sencillos y dejarse abrir los ojos del corazón por ellos.
“Ahora mismo me siento tranquila, con confianza, fe y esperanza. Estamos entrenados y tenemos gran capacidad de sacrificio. Nuestra entrega a la sociedad es nuestra función, así que no hay más que pensar. Nos cuidaremos lo que podamos y entre todos, lo conseguiremos.
Quienes más me preocupan son los mayores, especialmente me preocupan mis padres, su edad los hace más vulnerables, así que, llevo sin verlos 10 días. Pero ellos pueden estar aislados. Esta situación se lleva de la mejor forma que podemos, especialmente mis niñas que están muy apegadas a mis padres.
Como profesional, sé lo que me corresponde, precisamente las raíces de mi vocación: AYUDAR y ayudaré en todo lo que esté capacitada como médico y como persona, que se traduce en otro de los pilares: ENTREGA. Intentaré tener todas las precauciones posibles aunque tengo asumido que no serán las suficientes, tengo claro el lugar que ocupo en trabajo. Cuando vuelvo a casa, limpieza extrema para atender a mi familia, mi otro deseo desde la niñez.
La vida seguirá para la mayoría y si me tocara a mí terminarla… sufriría por mis niñas pero lo asumo. Sería su historia, sería la historia de mis tres hijas. Siento como profesional y como madre que apostamos por dejarle un mundo mejor, muchas enseñanzas y especialmente 3 hermanas.
“Nuestros padres nos dejaron un mundo a nosotros, nosotros a vosotros … y a ellas. Ahora es tiempo de reflexión …. virus del mundo…”
Respecto a la sociedad …. para mí es muy egoísta, pero espero que esta situación les haga recapacitar, su interioridad …. el bien ser… El bien cada día para todo el que se cruce en tu camino. La sociedad ahora es clave, se necesita mucho respeto ante los consejos sanitarios. Mira que me duele ver cada día el egoísmo y falta de respeto de muchos. Ahora parece que están respondiendo, afortunadamente.
Confío en el Padre, estoy tranquila, necesito recuperar mi voz para seguir informando estos días, estar al 100% y seguir construyendo un mundo mejor.”
“Entre lo divino y lo humano, pero sin fronteras entre lo uno y lo otro, va deambulando mi vida de cada día, como la de todos. Me muevo como ciudadano de a pie en la ciudad secular, como hermano en medio del mundo y como oveja-pastor en el ámbito eclesial, y no soy más que puro intento de una identidad en estos caminos de lo humano y de lo divino. Abro este blog con el deseo de seguir siendo encuentro y, ojalá, para abrir los ojos, con todos vosotros, a lo trascendente y lo inmanente de nuestra historia cotidiana." Pepe Moreno Losada, nacido en Granja de Torrehermosa en 1958, ahora –ya mayor- sacerdote en Badajoz y profesor en la Facultad de Educación de la Universidad de Extremadura.