Víctor, el cartero de san Atón
Parece ser que el obispo pistoyense Atón nunca estuvo por estos lares, pero no eso no fue óbice para que fuera patrón del seminario de Badajoz, tuviera una calle a su nombre e incluso una casa donde dicen que nació. Así somos de generosos en esta ciudad.
Ayer elegí esa calle para bajar desde las adoratrices, tras haber visitado las imágenes escultóricas en los respectivos templos. Una semana santa distinta, en el deseo de tener interioridad y religiosidad verdadera, en esa búsqueda constante de conocer más y mejor a Cristo. Y fue en esa calle donde me encontré un Jesús de a pie, reflejado en Víctor, el cartero de ese barrio. Nos saludamos con afecto, hacía tiempo que nos veíamos, aunque las redes nos mantienen unidos.
La gente pasaba y le preguntaba si traía algo para ellos y les respondía con su nombre y apellidos respondiendo que hoy no. Al decirle que los conocía a todos, me respondía que ellos también lo conocen a él y nos sonreímos recordando el texto evangélico del buen pastor: “yo conozco a mis ovejas y ellas me conocen a mí”.
Recuerdo que hace unos años conocí a este cartero porque se acercó a mi parroquia, para contarme que había entrado en contacto con la HOAC, él era un cristiano fervoroso, partícipe de cofradías, etc. Pero le faltaba algo, conocía la realidad de los inmigrantes en el barrio donde trabajaba, la situación de muchas familias y eso le picaba por dentro. Su fe le empujaba a meterse más adentro, a unir fe y vida, a comprometerse más con esos vecinos que conocía por su trabajo de cartero.
Ayer me comentaba que ya va por la segunda fase de formación en el ser cristiano, de un proceso profundo y extenso de este movimiento. Su vida se va transformando y su acción también. Ahora está siendo un cristiano de acción desde la profundidad del evangelio. Yo me silencio y me vengo a casa con la fe de este Jesús cartero –Obrero- del barrio de san Atón.
José Moreno Losada.