Padre Nuestro, no entendemos esta palabra.
Enséñanos a comprenderla en este Tiempo de la Creación
Cada mañana al abrir la ventana,
sentimos el aire fresco, la luz del sol,
miramos el cielo, el río, las plantas, los animales
y las personas que caminan por las calles
y pensamos en Ti.
Tú eres nuestro Padre y nuestra Madre.
Cada día nos preparas la casa del mundo,
el universo, para que podamos ser felices en él.
Gracias Señor por tu casa regalada.
Es tu Oikos para nosotros.
Es el mayor regalo porque ahí está la vida.
Hoy estamos tristes.
No hemos cuidado tu casa.
La hemos ensuciado, roto, abusado de sus límites
y ella no puede seguir así.
Se rompe la armonía, se altera el clima, falta la salud.
Nos duele ver que hemos sido egoístas,
y hemos abandonado la naturaleza
y a muchos de nuestros hermanos y hermanas.
De esto estamos arrepentidos. Y te pedimos perdón.
Queremos oír Tu Voz.
Tú sigues confiando en nosotros, niños, jóvenes, adultos.
Tú nos pides que cuidemos y arreglemos la casa
porque quieres que sea para toda la humanidad.
Te damos gracias
y nos comprometemos a ser más ecológicos y solidarios,
respetuosos con la naturaleza
y generosos con los seres humanos.
Y con todos los cristianos del mundo, los hermanos de
otras
religiones y toda persona de buena voluntad
gritaremos juntos: Laudato si’
¡Cuidaremos y amaremos tu Oikos, Señor!
Tiempo de la Creación, 2021
Delegación episcopal para el ecumenismo,
diálogo interreligioso y ecología integral
Archidiócesis de Mérida-Badajoz