Tiempo de la creación: La zarza ardiente
«He oído su clamor… Conozco sus sufrimientos…
¡Ven, ahora! Te enviaré… Estaré contigo» (Ex 3: 1-12)
El papa y el grito de la creación
Viene septiembre, nuevo curso y el día primero ya nos invita en un mensaje el Papa Francisco a una oración universal a todos los cristianos. El lema “escuchar la creación” y cómo símbolo la “zarza ardiendo ante Moisés”, un fuego de vida y de luz que responde a los fuegos destructores que venimos viviendo con una fuerza especial en estos últimos tiempos. En su mensaje nos invita a escuchar la doble melodía de la creación, por una parte, la grandeza y la belleza de la misma naturaleza y de lo humano que nos invita a dar gracias y alabar, a sentir y gozar la bondad y la verdad del ser que es generoso y se da en diálogo de comunión entre lo humano y lo natural. Habla él de la espiritualidad ecológica situada en la armonía y en la gracia, haciendo referencias a claves bíblicas teológica de gran calado. Pero también subraya la disfonía del dolor, el miedo y la muerte que está presente en esa misma naturaleza debido a un antropocentrismo despótico, que tiene consecuencias en la naturaleza y que lo sufren más los más pobres de la tierra: “son los más pobres entre nosotros los que gritan”. Ellos son los que más sufren el impacto de las sequías, las inundaciones, los huracanes y las olas de calor, que siguen siendo cada vez más intensos y frecuentes. Especialmente sufren los pueblos nativos, saqueados y expoliados en lo que son sus medios de vida. Ante estos gritos de dolor, el papa no sólo invita a la oración, sino que pide que se refleje en un arrepentimiento y cambio de estilos de vida y de los sistemas perjudiciales, y hace referencias las cumbres próximas de Egipto y Canadá. Aclara que hoy, no se puede ser cristiano sin implicarse de verdad en esta tarea humana, sostiene que esto ha de hacerse en una sensibilización comunitaria, social, que hemos de animar y desarrollar entre nosotros. El papa tiene claro que es un reto para todos los cristianos del mundo, por exigencia del guion de nuestra fe, y que además comulgamos con las demás religiones en este cuidado de lo creado. Se trata de algo ecuménico, interreligioso, político y humano. Y lo hace desde su silla de ruedas cuando parece agotado, quiere ser voz viva del grito de la creación y especialmente de los más pobres de la tierra.
José Moreno Losada. Delegación diocesana para la ecología integral.
¿Qué es el tiempo de la creación?
El Tiempo de la Creación es una época para renovar nuestra relación con el Creador y toda la creación a través de la celebración, la conversión y el compromiso juntos. Durante el Tiempo de la Creación, nos unimos a nuestras hermanas y hermanos de la familia ecuménica en oración y acción por nuestra casa común.
El Patriarca Ecuménico Dimitrios I proclamó el 1 de septiembre como día de oración por la creación para los ortodoxos en 1989. En efecto, el año de la Iglesia Ortodoxa comienza ese día con una conmemoración de cómo Dios creó el mundo. El Consejo Mundial de Iglesias (CMI) fue fundamental para convertirlo en un tiempo especial, extendiendo la celebración del 1 de septiembre al 4 de octubre.
Tras el Patriarca Ecuménico Dimitrios I y el CMI, los cristianos de todo el mundo han acogido este tiempo como parte de su calendario anual. El Papa Francisco hizo oficial la cálida bienvenida de la Iglesia Católica Romana al Tiempo de la Creación en 2015. En los últimos años, los líderes religiosos de todo el mundo han formulado declaraciones en las que animan a los fieles a dedicar tiempo a cuidar de la creación durante este mes de celebración.
Este periodo comienza el 1 de septiembre, con la Jornada Mundial de Oración por el Cuidado de la Creación, y termina el 4 de octubre, en la fiesta de San Francisco de Asís, el santo patrón de la ecología amado por muchas denominaciones cristianas.
A lo largo del mes de celebración, los 2.200 millones de cristianos del mundo nos unimos para cuidar de nuestra casa común.
El símbolo de este año: la zarza ardiente
«He oído su clamor… Conozco sus sufrimientos… ¡Ven, ahora! Te enviaré… Estaré contigo» (Ex 3: 1-12)
La zarza ardiente es el símbolo del Tiempo de la Creación 2022. Hoy en día, la prevalencia de incendios no naturales es un signo de los efectos devastadores que el cambio climático tiene sobre los más vulnerables. La creación grita mientras los bosques crepitan, los animales huyen y las personas se ven obligadas a emigrar debido al fuego de la injusticia.
Por el contrario, el fuego que llamó a Moisés mientras cuidaba el rebaño en el monte Horeb no consumió ni destruyó la zarza. Esta llama del Espíritu reveló la presencia de Dios. Este fuego sagrado afirmaba que Dios escuchaba los gritos de todos los que sufrían, y prometía estar con nosotros mientras seguíamos con fe nuestra liberación de la injusticia.
En este Tiempo de la Creación, este símbolo del Espíritu de Dios nos llama a escuchar la voz de la creación.
Oremos juntos con esta canto de Migueli: Zarza ardiendo: fuego que no consume