Si preguntáramos a los lectores un deseo para el año nuevo, la respuesta mayoritaria seguramente sería la misma: trabajo. Pues bien, parece que últimamente el legislador, convertido en un rara avis de Rey Mago, comienza a responden a ese ruego aprobando leyes que pretenden favorecer la creación de empleo. Así, Melchor trajo la Ley de apoyo a los emprendedores y su internacionalización y Gaspar acaba de aprobar la Ley extremeña de medidas de impulso de la economía, leyes que en sí mismas parecen algo limitadas, pero que esperemos que, junto con las que nos traiga Baltasar, consigan crear empleo de una vez por todas.
Centrándonos en la norma autonómica extremeña, el objetivo de la Ley es, en un primer momento, proteger el empleo y en un segundo, incentivarlo. En palabras del propio legislador, recogidas en la exposición de motivos, se procurará reactivar la actividad económica introduciendo diversas modificaciones en la normativa tributaria de la Comunidad Autónoma de Extremadura, que se concretan en el establecimiento de beneficios fiscales a las actividades empresariales favorecedoras de la inversión y del mantenimiento o incremento del empleo.
La Ley toca todos los impuestos cedidos sobre los que tiene competencias el legislador: el Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF), Impuesto sobre Sucesiones y Donaciones (ISD) e Impuesto sobre Transmisiones Patrimoniales Onerosos y Actos Jurídicos Documentados (ITPAJD), pero también introduce cambios en la Ley de Tasas y Precios Públicos, que consisten en el establecimiento de exenciones y bonificaciones en las tasas que van vinculadas al inicio y ampliación de una actividad económica a favor de los sujetos pasivos que comiencen o amplíen sus actividades empresariales en los años 2013, 2014 y 2015. De igual modo se establecen exenciones con la finalidad de potenciar las fusiones y constituciones de cooperativas de segundo o ulterior grado como resultado de la participación en procesos de integración cooperativa.
No nos engañemos, no se trata de una norma innovadora, sino que sigue la misma tendencia de las recientes legislaciones estatales y autonómicas. Así, apuesta por el inversor particular que patrocina una idea de negocio incipiente (los tan de moda Business Angels y capital semilla) mediante la introducción de una deducción autonómica en el IRPF, y como las personas que más creen en nuestros proyectos son nuestros familiares, fomenta las donaciones realizadas por pariente, en dinero o inmuebles que vayan a afectarse a una actividad económica, en el momento de creación de una empresa.
También pretende asegurar la pervivencia de negocios y empresas en funcionamiento, favoreciendo el relevo generacional entre parientes y permitiendo, como gran novedad, donar o legar empresas a los trabajadores de la misma. Por último se reduce la tributación indirecta en el ITPAJD en la transmisión de inmuebles afectos o que se van a afectar al desarrollo de una actividad económica.
Conviene recordar que la obtención de estos beneficios económicos está sujeta a la estricta observancia de los requisitos que los acompañan, por lo que el cumplimiento de todos y cada uno de ellos se convierte en una imperiosa necesidad que evitará sorpresas desagradables de última hora que pueden dar al traste con el proyecto empresarial.
Sólo el tiempo dirá si estas u otras medidas consiguen transformar estos buenos deseos en realidades palpables para el ciudadano, pero al menos disfrutemos de la ilusión de que nos toque el gordo de Navidad convertido en el tan necesario trabajo.
Felices fiestas a todos y próspero año nuevo.