REGENERACIÓN  POLÍTICA  ( II )

Continuamos con nuestra singladura específica por mares revueltos y tormentosos y arribamos a un puerto escabroso  cual es  la  Partitocracia, a la que nos han llevado los Partidos que han gobernado la Nación desde la promulgación de la Constitución del 78. Dice la Constitución en su Art. 6 referente a los Partidos políticos:  ”Su estructura interna y funcionamiento deberán ser democráticos”.  Incumplimiento absoluto hasta ahora.

Pasados más de 36 años, la mayor parte de los Partidos mantienen un funcionamiento de su estructura orgánica muy deficiente en democracia. Como consecuencia y, junto a un sistema electoral de listas cerradas y bloqueadas, han convertido a las cúpulas de los Partidos y a sus dirigentes en auténticos dictadores.

El funcionamiento democrático interno de los Partidos es nulo. Son necesarios mecanismos que permitan a los militantes elegir a sus candidatos que conformen las listas electorales; es decir, no basta con elecciones primarias. Por desgracia, este mecanismo en una Nación como la nuestra,  con poca cultura y experiencia democrática, deriva a veces en una lucha interna dentro del Partido. Pero esto no nos debe enquistar sino todo lo contrario, debemos cambiar la mentalidad como una medida de higiene democrática.

Para que nuestra democracia funcione con normalidad, los poderes del Estado y los Órganos de control deben estar separados. Un Estado de derecho sin división real e independiente de poderes, es una falacia.

Veamos cómo se encuentra nuestro  Poder Judicial; nombrado por los Partidos con representación parlamentaria: PP, PSOE, IU, CyU y PNV, mostrando evidentemente una clara dependencia. (UPyD   declinó, en su día,  participar en este circo de reparto, lo que le honra). Otros Partidos emergentes nuevos, sin representación parlamentaria todavía, como puede ser Ciudadanos y VOX, están claramente a favor de su absoluta independencia.

También a los Tribunales Superiores de Justicia de las Autonomías llegan los tentáculos de los políticos. Los Órganos de Control, encargados de velar por el buen funcionamiento de Organismos e Instituciones, son nombrados asimismo por el Ejecutivo. Y no solo eso; la politización se ha extendido a los medios de comunicación públicos e incluso privados, nombrando o destituyendo a sus Directores, y además subvencionando a medios de comunicación  privados,  para más control.

Los mismos Órganos que supervisan el funcionamiento de los Partidos, como es el Tribunal de Cuentas, también los nombran los Partidos. Por tanto tenemos la dictadura implantada, (Partitocracia), dentro de un sistema llamado engañosamente democrático,  y así seguir tomando el pelo al pueblo llano.

De igual modola Fiscalía General del Estado está controlada por el Ejecutivo al nombrar directamente al Fiscal General, y al ser un organismo jerarquizado; es el Gobierno el que dirige sus actuaciones, cuando la finalidad institucional de la Fiscalía es perseguir los delitos y hacer respetar  el Estado de derecho.

Cómo se concreta en la vida de los ciudadanos este ordenamiento jurídico; pues a través de las decisiones de esas Instituciones fundamentales, pero si son capturadas por los Partidos o por los poderes fácticos, lo que ocurre es que en la práctica, las leyes ya no se aplican e interpretan de la misma manera para todos los ciudadanos, depende de  quienes sean.

Por supuesto que  esto no debería ocurrir;  para evitarlo las leyes diseñan Instituciones independientes y neutrales, que se ponen en manos de Técnicos cualificados a los que, en principio, no debería ser posible coaccionar o presionar para que adopten decisiones que favorezcan a políticos, poderosos, afines, en perjuicio de ciudadanos débiles o indefensos. No olvidar que el nombramiento de estos Técnicos  también es realizado por los políticos y así, desafortunadamente, está sucediendo cada vez más en nuestra Nación.

Esta quiebra del principio de separación de poderes amenaza inmediatamente a los  otros dos pilares fundamentales de la democracia y el Estado de derecho: – La garantía de los derechos y libertades individuales y – El principio de primacía de la ley. Los casos de vulneración de derechos, igualdad ante la ley, descontrol de  los Organismos reguladores, mal funcionamiento de la Justicia, etc. son las consecuencias lógicas de esta quiebra. El Estado de derecho necesita de un armazón fuerte, de contrapesos  y  Órganos de control   para rendir  cuentas a los ciudadanos y exigir responsabilidades; sin ello el Estado de derecho se desmorona, que es lo que está sucediendo en España. Decía  Juvenal:   ”¿Quién vigila al vigilante?”.

¿Qué hace nuestro Tribunal Constitucional  cuando la Constitución no se cumple?. De todos es conocido su misión de controlar la adecuación de las leyes nacionales y autonómicas a la norma suprema. ¿Quién garantiza su independencia?.

Todas estas cuestiones, y quizás algunas más, necesitan de una pronta y eficaz solución, con la participación democrática de la opinión ciudadana, si queremos enderezar el erróneo y tortuoso camino que está tomando nuestra cada vez más debilitada DEMOCRACIA.