REGENERACIÓN  POLITICA  (III)

*** Corrupción política generalizada ***

Continuamos esta larga singladura, con gran marejada por el costado de estribor  a causa de las verdades, principios y valores en el marco político, que están siendo planteados y defendidos, en el actual momento preelectoral, por Organizaciones emergentes a las que critican estos que, creyendo ser los poseedores de la verdad de siempre, no han cumplido con su deber democrático y comienzan a verse relegados.

Esta banda de estribor, que se han creído únicos en su costado, son los que nos han llevado  a una socializante adhesión al estatismo, así como han mostrado   su desafección a la Nación y a la sociedad civil, olvidándose de la defensa de España y de la libertad, y  nos han tenido secuestrada la Democraciay el poder soberano de los ciudadanos durante tantos años, haciendo alianza, continuamente,  con la banda de babor.

Pues bien, siguiendo nuestra singladura que es lo importante en definitiva para poder llegar a buen Puerto, es necesario erradicar el alto nivel de corrupción política al que ha llegado la Democracia española. Esta es una de las principales preocupaciones de los españoles según los sondeos  del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS). Y para mayor escarnio, el español medio ha perdido cerca del 30% del poder adquisitivo y muchas familias viven por debajo del umbral de la pobreza. Cáritas, Institución nada sospechosa de engaño, nos lo está demostrando con su masiva ayuda a los más desfavorecidos.

No así esta sucediendo con la clase dirigente que continúan con sus suculentos sueldos, comisiones, prebendas y cacicadas. Los casos de corrupción aumentan y los nombres de los implicados son muy conocidos tanto de la banda de babor como de la de estribor, y a diario los periódicos y medios informativos nos  lo están denunciando y recordando.

Para poder gobernar es imprescindible que el político tenga autoridad moral. La  responsabilidad del buen gobernante está en el equilibrio entre su “potestas” y su “autoritas”.  Algunos legitiman su “potestas” mediante la mayoría de votos, pero por otro lado dilapidan y prostituyen la “autoritas”;  es decir, la autoridad moral, mintiendo a los ciudadanos en el transcurso de su mandato. Es necesario y fundamental que la ética vuelva a adquirir un valor prioritario y esencial en la política.

Un tema que molesta mucho a los ciudadanos es el sueldo que se autodesignan los políticos. Alcaldes que, sin tener en cuenta la crisis económica por la que está pasando nuestra Nación, se aumentan el sueldo de forma arbitraria, encuentran maneras caciquiles de incrementar sus ingresos, perjudicando a otros trabajadores,  sin pensar en el sacrificio de los ciudadanos que con sus impuestos están obligados  a  pagarlo.

Y no solo queda en un sueldo, la mayoría cobra más de uno por asumir varias funciones a la vez, todas remuneradas. Ejemplos tenemos por doquier.

En otro orden de cosas, los Partidos deben organizarse en base a las cuotas de sus afiliados, nada de subvenciones para su funcionamiento por parte de los presupuestos. La opacidad con la que operan es manifiesta y generalizada en todos; PP, PSOE, IU, CiU y PNV, etc. El Tribunal de Cuentas, que es el fiscalizador y debería ser independiente, ya ven cuando les fiscaliza, tres o cuatro años después, si acaso.

Si las Cortes Generales son la casa de la Soberanía  nacional, es ahí donde debe actuarse con transparencia y absoluto control respecto al dinero de todos, poniendo sobre la mesa todo lo relativo a la corrupción. ¿Por qué no se hace?.

En los últimos años estamos viendo que, por interés de sus Partidos, se  están manteniendo en sus escaños y puestos a Diputados y Alcaldes pese el estar imputados, e intentando convencer a la opinión pública de que no se les debe pedir responsabilidades políticas hasta que no sean condenados en sentencia firme. Quiere esto decir que la responsabilidad política depende  de lo judicial o viceversa ?.

Con estas prácticas, reiterativamente perversas de los Partidos, se ha llegado a la total pérdida de confianza de los ciudadanos hacia los políticos. Vemos en ellos, arbitrariedad y favoritismo en todas sus actuaciones,  al estilo de lo que sucedía en  la Edad Media y Renacimiento.

Por eso se ha desarrollado en nuestra Patria el fenómeno de puertas giratorias. De ahí la frecuencia y facilidad con que se trasvasan políticos, amortizados como representantes del pueblo, a puestos de Consejo o Directivos relevantes de grandes Empresas, con pingües remuneraciones; Empresas que a su vez han recibido favores de éstos cuando se encontraban activos en política. Todo este nepotismo y compadreo es  impresentable e indecente en lo que se refiere a la diferenciación de  los intereses públicos y privados. Estos comportamientos llevan a instrumentalizar el Estado, a veces, en beneficio de Empresas privadas y particulares para seguir conservando esos privilegios.

En definitiva, el Estado se está convirtiendo en cómplice y partícipe de los poderes fácticos y económicos. ¿Dónde queda, pues, la defensa de los intereses  generales  de  todos  los  CIUDADANOS ?.

Urge, por consiguiente, una pronta y profunda REGENERACIÓN de la política en España.