Debilidad y cansancio aprecio, desde la Cofa, por lo que han sido nuestras Ferias y Fiestas del año del Señor de 2014.
No dice lo mismo nuestro Alcalde y sobre todo el edil de festejos, que las califica de “estupendísimas”. Qué van a decir los responsables y colaboradores máximos del deterioro que sigue sufriendo año tras año las Ferias. Llegaron con el poderío de las urnas para cambiar y potenciar las mismas y se han disipado como botella de gaseosa.
Pero vayamos por pasos analizando el por qué de este desarraigo popular de unas Ferias que, como las de la Capital placentina, eran las segundas en importancia de la Región, después de Badajoz, con un reconocido prestigio tanto en Madrid, Sevilla, Salamanca y Toledo; pues de todas estas provincias fuimos referente en la Feria Taurina.
Qué ha pasado para que los propios placentinos estén esperando estos días para huir de la ciudad y evitarse ruidos y molestias, aprovechando cuatro días y medio para estar en la playas más cercanas de la ciudad como las de la vecina Portugal o Huelva. Ni que decir Londres, Paris, Berlín o Roma. Y todo ello con la ventaja de disfrutar toda la familia.
Todo ello nos lleva a que dos días festivos locales, sumados al fin de semana, son el principal obstáculo para que el placentino se quede en casita y reviva sus ferias.
Otrosí, en cambio el día 16 de Enero “San Fulgencio”, patrón de la Diócesis y de la Ciudad, no es festivo. ¿Esto es normal?, pues para nuestro Alcalde sí.
Nunca hubo festivos para ferias, solamente como se hace en otros sitios se deja la tarde libre en esos días. Nunca pasó nada y la ciudad se divertía plenamente.
Otro efecto distorsionador es el mal llamado en el programa oficial “cañeo”, como si fuese una actividad programada más. En nuestra ciudad, sin que nadie nos diga nada, ni se refleje en el programa, las horas del aperitivo son muy usuales y generalizadas entre los placentinos. Pero otro elemento que disuade del ambiente festivo es la utilización de música estridente y ruidosa, dando la sensación de que en vez de estar tomando un vino o cerveza, se va al centro (Plaza) a algarear, y a eso los ciudadanos no están dispuestos, ya que tienen sus Bares y Cafeterías en sus Distritos tan acogedores como los del centro y que además la caña de cerveza y el vino son más baratos.
Esos estruendos de música que se producen en los soportales, compitiendo los Bares para ver quién la pone más alta, y por tanto haciendo imposible mantener una conversación con tu peña de amigos e invitados. Pues que no, se ponga como se ponga el concejal de interior y el de festejos, autorizando lo que al final se convierte en un desmán y que solo sirve para que grupos de jóvenes con sus litronas, adelanten el botellón a esas horas. Solo hay que darse una vuelta y ver. Como si el ruido fuese seña de identidad de una Feria.
Estas horas del aperitivo, donde confluía toda la ciudad y sus visitantes, eran reconocidas no solo por nosotros sino por el resto de la región como un hecho singular en las Ferias de la Capital placentina. Con un ambiente señorial, educado y de convivencia sana en unas Ferias con clase. También se lo han cargado.
Otro aspecto del programa a analizar era el Teatro. Compañías señeras de Madrid, representaban obras de actualidad y clásicas; también Zarzuelas que hacían el deleite de muchos aficionados a las artes escénicas.
Las Casetas de Peñas dinamizaron antaño mucho el ambiente de ferias. Todo ello se lo cargó el Ayuntamiento al no facilitar la instalación de las mismas, dado que para la economía de las Peñas le era imposible afrontar los gastos de instalación. Igual que se ayuda a los Toros, con mucho menos, se pueden hacer unas instalaciones tipo de propiedad municipal y ser utilizadas por las Peñas. También tendrían que apoyar esta iniciativa las Instituciones oficiales y Empresas, al igual que lo hacen en otras poblaciones de la Región.
Por otra parte teníamos el Concurso Hípico. La ciudad fue pionera en la competición de saltos valederos para el campeonato nacional. Siempre fueron muy concurridos y despertaron mucho interés por la gran afición de todo el norte extremeño a esta actividad deportiva de equitación. No se puede estar a expensas de que haya Ejército de Tierra en nuestra ciudad para que lleve el peso de la organización; ha de ser el Ayuntamiento, dentro del programa deportivo, el que deba preocuparse de organizarlo.
Atracciones. Se puede comprobar que el lugar del Berrocal no es el espacio más idóneo para dar acogida a un parque de atracciones. Se debe pensar en otro lugar más espacioso y que admita mayor concentración de personas, vehículos y atracciones. El actual del Berrocal no reúne tales condiciones.
Se echa de menos la instalación de algún Circo que tanto atrae a adultos y niños.
Por otra parte, que no salga el concejal a los medios informativos para decir” que ha sido un éxito el cobrar las tasas este año a todas las empresas instaladas”. De los años anteriores qué pasa; ¿que no pagaron y se fueron de rositas?. Pues vaya un acierto concejalí. Todo un despropósito para el paganini ciudadano, que no se libra de impuestos y tasas. Así gobiernan.
Dejamos para el final de este análisis, sobre las Ferias y Fiestas de la Capital placentina, la parte más importante de la misma que es la Feria taurina. Siempre ha tenido Plasencia a gala ser un referente taurino. Por nuestra Plaza de Toros han pasado las mejores figuras de la tauromaquia. En ella se han celebrado corridas de toros que han hecho historia.
Pero “hete aquí” que llevamos unos años que las distintas empresas por la que pasa la gestión de la Plaza, no encuentran el punto de inflexión para relanzar esta fiesta nacional y motivar a sus aficionados, según nos comentan miembros de la Peña Taurina de Plasencia.
Fue en el gobierno de José Luis Díaz cuando se clasificó de segunda categoría a la Plaza placentina, dada su trayectoria y tradición taurinas. Hecho positivo para la ciudad, no sirviendo de nada si el Alcalde Fernando Pizarro no delega la Presidencia, que por reglamento le corresponde al Alcalde, a algún funcionario del Cuerpo Nacional de Policía, como lo hacen otros Alcaldes de otras poblaciones con Plazas de segunda categoría(Art.38.2).
Con ello se ganaría en seriedad y rigor para el bien de la fiesta y de los matadores. Un Concejal que preside se ve siempre arrastrado a conceder más trofeos, llevado más por ser político, que por rigor taurino ajustado al reglamento. Con ello, además, implica que los matadores consigan en nuestra plaza trofeos que en otras, con mayor rigor en la aplicación del reglamento, no se llevarían.
El art.82 del reglamento especifica claramente” únicamente, de un modo excepcional, a juicio de la Presidencia, podrá éste conceder el corte del rabo de la res”. De manera excepcional dice el reglamento, pero el político, presidiendo, le arrastra su interés, aprovechando el momento .Es decir, de paso hago política quedando bien con el respetable. Por ello no conseguimos prestigiar la fiesta nacional en la Capital placentina y mantener su categoría.
Otro aspecto a corregir, y esto va dirigido al Delegado gubernativo, que es el responsable del orden en el callejón (siempre lleno y nadie sentado en sus burladeros), es el orden público en la Plaza que al finalizar la lidia se llena de chiquillería y espectadores que saltan al ruedo sin que se respete lo que dice el reglamento, dando una imagen pésima y pueblerina.
Consecuentemente, después de esta singladura y analizados todos sus pormenores, no nos queda más que rectificar si queremos reconducir nuestras Ferias a lo que fueron en otros tiempos.