EL PARTIDO POPULAR DE PLASENCIA SIGUE SUFRIENDO EL DESAFECTO DE SU ELECTORADO
* Continúa perdiendo la confianza de sus electores.
* El representante político no puede enfrentarse y dar la espalda al ciudadano, simplemente porque le critica y no le halaga.
Seguimos nuestra singladura por un mar algo revuelto políticamente en la Capital placentina, después de las últimas elecciones municipales, aunque con mayoría suficiente, todavía, para el PP. Así lo demuestra la aritmética electoral; el PP ha perdido la tercera parte de su electorado y aunque aún tenga mayoría y estabilidad para el gobierno de la Ciudad, tendrá dificultad en recuperarlo en el futuro.
La aplicación de la denostada Ley Electoral actual, a la que se aferra el Partido Popular, es la que le ha dado un respiro.
Pero la realidad es clarividente y la aritmética electoral también. A ello nos lleva el siguiente análisis sobre datos objetivos facilitados por el Ministerio del Interior y emitidos por la Junta electoral Central:
En Plasencia votaron 21.204 electores de los que 400 fueron en blanco, es decir computables en el escrutinio y, por culpa de esta Ley, el mayor beneficiario fue el PP. En votos nulos se contabilizaron 563. Pero la gran preocupación nos lleva a los más de 11.753 ciudadanos que se abstuvieron de participar en lo más importante de la Democracia, la elección de sus representantes. Ello nos hace pensar en una profunda regeneración política; lo que ahora se llama “casta política”, solo preocupada por ellos mismos y sus intereses, olvidando al ciudadano y sus problemas, debe desaparecer.
Al PP solo le han votado 8.700 ciudadanos, sufriendo un deterioro electoral en solo cuatro años de cerca de 3.500 votantes, en una Ciudad que superó los 12.000 votantes en 2011.
Es importante señalar también que el nicho de votantes del PP en el Distrito Centro, mayoritario tan solo hace cuatro años, lleva una caída progresiva desde las europeas y, sin tocar suelo aún, la perspectiva sigue siendo a la baja.
Algo tendrá que ver la actuación y comportamiento de los políticos para con este segmento del electorado de la Capital placentina.
Este hartazgo del votante, siguiendo la tendencia marcada en las pasadas elecciones europeas y confirmadas en estas, y con las mismas miras para las nacionales de Noviembre, está llevando al PP a un abandono de su electorado tradicional. Razones no faltan; son “arrogantes” y “faltones” en su comportamiento para con los ciudadanos, con la oposición política y con aquellas organizaciones y asociaciones que les critican su acción política. Les ha encantado el márketing y la imagen omnipresente, y han olvidado que junto con los problemas vecinales y el terrible paro, hay personas que tienen nombre y apellidos.
No se están dando cuenta que, con la Constituciónde 78, los ciudadanos tanto a nivel particular como organizados en sus asociaciones de todo tipo, no son súbditos de ningún político por mucha mayoría que obtengan, sino ciudadanos con todos sus derechos y obligaciones y que el político tiene el deber de atender, le gusten o no sus propuestas. Nunca darles la espalda porque no le ríen la gracia al político de turno. En Democracia el político tiene que escuchar al ciudadano aunque le critique sus decisiones. Hay que gobernar para el ciudadano, no para sí mismo. Así es el juego democrático que nos hemos dado.
El halago está muy bien para otros momentos y situaciones, pero la acción política, aunque se ganen las elecciones, puede y debe ser criticada. Y sobre todo, cuando la crítica es constructiva y va dirigida a la mejora de nuestra Ciudad, aunque se tengan planteamientos distintos. Es el bien común el que prima dentro de las diferencias de planeamiento.
Por tanto, el diálogo y la humildad en el Representante del ciudadano es necesario mantenerlo siempre, dado que su gobierno es para todos por igual. Esta es la fórmula magistral de la Democracia.
Por eso no se debe “caer en el error de debilitar su relación con la realidad, lo que termina provocando divergencias entre su trayectoria y la de la sociedad circundante”, decía en un Editorial el Periódico “HOY.
Algo de esto le ha ocurrido al PP de Plasencia, cuya mayoría lograda en 2011 con un 55,21% de votos, ha bajado hasta el 42,15% en estas últimas elecciones, y la proyección sociométrica sigue indicando una bajada importante de confianza en este Partido. Algo está ocurriendo y no quieren verlo. De seguir así, la ceguera política, la corrupción, la pantomima de la Justicia“independiente”, el terrible paro, los múltiples sueldos de los innumerables políticos, las continuas mentiras ante la evidencia, etc. etc., se encargarán de llevar al PP a su propio funeral.