Una de las personas que más ha conocido el Cefot de Cáceres ha sido Carlos Tejado del Arco. Él trabajó 32 años en la oficina de Correos y Telégrafos del centro de instrucción y en el año 2001 publicó el libro sobre esta institución titulado ‘Santa Ana, 40 años de historia’. Natural de Hervás, pasó casi toda su vida en Cáceres en donde fue colaborador deportivo en Radio Nacional de España y en la COPE. En una imagen que nos ha cedido para este blog el fotógrafo Juan Guerrero, le vemos en los años setenta entrevistando a un jugador de baloncesto que hacía la mili en Cáceres.

Tejado entrevistando a un jugador de baloncesto en el Campamento Santa Ana.

Carlos Tejado murió en la primavera del 2007, a los 62 años, por culpa de un cáncer. En el mes de diciembre de 2002, en una entrevista publicada en HOY hablaba de sus recuerdos del Cefot.

Funcionario del Cuerpo Especial Ejecutivo de Telecomunicaciones desde 1964, después de trabajar en Tenerife, Miajadas, Logrosán y Navalmoral de la Mata, en 1971 fue destinado a la oficina de Telégrafos del CIR, en donde también había otra de Correos en la que estaba Ángel Maestre. Con el tiempo se unificaron las dos oficinas, estando al frente Carlos Tejado que contaba con la ayuda de cuatro soldados. Era la oficina que más trabajaba de la provincia de Cáceres. Tejado recordaba que allí, “se movía cada mes unos 15 millones de pesetas. Cada día se podían repartir unos 100 giros, de 1.500 a 2.000 cartas y unas 12 sacas de paquetes. Había muchos paquetes de comida con los choricitos. Estaba prohibido enviar botellas, pero al que era de Logroño le mandaban rioja y al que era vasco alguna botella de pacharán. De vez en cuando se rompían y se ponía todo pringoso… y con un olor“.

Explicaba en la entrevista que en los 32 años que estuvo trabajando en el centro sólo tuvieron una reclamación: “Una vez vino un giro para José Gómez Fernández. Con ese nombre y apellidos en el CIR igual había 10 reclutas y lo cobró uno que sabía que no era para él. Al reclamar el dinero, se dio con ese recluta, le obligaron a devolver el dinero y se le arrestó“. Los giros solían ser de 50, 100 ó 500 pesetas, siempre de la familia al recluta, salvo una vez: “Uno envió dinero a su familia de Sevilla. Me vio como cogía su dinero y lo ponía en un cajón, y el hombre no se movía porque los billetes continuaban en el cajón. Se pensaba que esos mismos billetes eran los que tenían que llegar a su casa. Le estuve explicando bastante tiempo cómo funcionaban los giros, diciéndole que no se preocupara, que al día siguiente su familia tendría el dinero, pero no se quedó tranquilo hasta que supo que el dinero había llegado“.

La oficina también era Caja Postal y allí se pagaba a los reclutas y al resto del personal de Ejército. Recordaba Carlos Tejado cuando los reclutas cobraban 35 pesetas y cuando solamente había una cabina de teléfono y se hacían colas de horas para llamar. Luego se llegaron a poner 25 cabinas. También comentaba las multitudinarias juras de bandera, recordando una con 3.800 soldados. “Por aquí pasaron muchas personas conocidas, me acuerdo del torero Finito de Córdoba, del empresario José Barroso (Don Algodón), de un hijo de Ruiz Mateos, de otro hijo de Alfonso Ussía y de jugadores de fútbol de primera división”.

Ha sido para nosotros agradable recordar en este blog a este compañero de los medios de comunicación que tantos amigos ha dejado en Cáceres.

Carlos Tejado en el año 2001.