Muchos de los que hicieron la mili este año se acuerdan de la intranquilidad que padecieron mientras estaban acuartelados, sin salir a la calle, a la espera de si el golpe de Estado de Tejero les suponía consecuencias que les pudiera afectar de manera directa.
Curiosamente en Cáceres, un día antes del golpe (el domingo 20 de febrero), se celebró la primera de las ocho juras de bandera del año, y el periodista de HOY que cubrió el acto (no sabemos quién era pues no firmó la noticia) se fijó en cierto comportamiento de una parte del público. “El acto estuvo presidido por el coronel jefe del CIR, Manuel Rodríguez de la Peña – escribió -, quien en la arenga se refirió en términos muy elogiosos al general Francisco Franco, cita que motivó fuertes aplausos de un sector del público situado a la izquierda de la tribuna de las autoridades, el mismo que momentos después guardaba silencio ante la mención que el coronel hizo del Rey don Juan Carlos como Jefe del Estado“.
Ese día juraron bandera 1.846 reclutas, entre los que se encontraban 3 sacerdotes. Había entonces cierta polémica sobre si era necesaria o no la presencia de un sacerdote en este acto militar, titulando el periodista su información de esta manera: ‘Hubo sacerdote en la jura de bandera’. Por cierto, ese día se estrenó un nuevo juramento de fidelidad a la Bandera, aprobado por las Cortés Generales, que decía así:
“Soldados, ¿juráis por Dios o por vuestro honor y prometéis a España, besando con unción su bandera, obedecer y respetar al Rey y vuestros jefes, no abandonarles nunca y derramar, si es preciso, en defensa de la soberanía e independencia de la Patria, de su unidad e integridad territorial y del ordenamiento constitucional, hasta la última gota de vuestra sangre?” .
Los soldados contestaron a esta pregunta, formulada por el teniente coronel Juan Morillo-Velarde y Donoso con un , “¡Sí, juramos!”, a lo que el Mayor del CIR respondió:
“Si así lo hacéis, la Patria os lo agradecerá y premiará, y, si no, mereceréis su desprecio y su castigo como hijos indignos de ella“, terminando con vivas al Ejército, al Rey y a España que fueron coreados por los nuevos soldados.
Pasada la incertidumbre del golpe de Tejero, en el Campamento Santa Ana se sucedieron las juras de bandera, como la del 15 de agosto que tuvo lugar con un fuerte calor que originó varios desmayos entre los que formaban filas. Ese día juraron fidelidad a España 2.762 reclutas, además de 37 civiles.
En la jura de noviembre, pasaron a ser nuevos soldados, 2.454 jóvenes. Se hizo este acto después del sorteo de quintos de la provincia de Cáceres en el cuartel Infanta Isabel. Se sortearon 3.465 mozos divididos en ocho llamamientos. Los primeros de cada llamamiento fueron: Aureliano Martín Rodríguez, de Plasencia (del primer llamamiento); Juan Alonso Fernández de Monroy (segundo); Juan Pérez Carrasco, de Torremocha (tercero); Pedro Manzano Ojidos, de Talayuela (cuarto); Juan Ramos Bonito, de Valencia de Alcántara (quinto); Jaime Martín Sánchez, de Plasencia (sexto); José González Martín, de Coria (séptimo) y Crispín Crespo Crespo, de Zarza de Granadilla (octavo). 240 jóvenes fueron asignados como excedentes de cupo; es decir, que no hacían la mili.
La última jura del año, la del 30 de diciembre, fue recordada porque era tal la tromba de agua que caía que se tuvo que celebrar en los comedores del CIR. La provincia sufrió ese día un fuerte temporal, con vientos de 110 kilómetros por hora y lluvias que dejaron 90 litros por metro cuadrado. Hubo inundaciones en varios pueblos y en Cáceres capital varias familias se quedaron sin el techo de sus casas; el entonces alcalde Manuel Domínguez Lucero (que luego sería decano del Colegio de Abogados) les encontró alojamiento en la Universidad Laboral.
Entre los 1.901 reclutas que juraron, se encontraba un hijo de la Duquesa de Alba, como se recoge en la información publicada en HOY, pero no se dice cuál de ellos es.
La Duquesa tiene seis hijos: Carlos que en 1981 contaba con 33 años, Alfonso que entonces tenía 31, Jacobo que cumplió 27 años en 1981, Fernando 22 y Cayetano 18. La única hija es Eugenía que tenía 13 años.
Publicamos aquí dos fotografías, una reciente y otra de unos cuatro años antes de la jura, para que el lector que quiera pueda hacer sus conjeturas sobre quién hizo la mili en Cáceres.