Realizando ejercicios de tiro en 1983.

Mucha gente vivía en Cáceres de los beneficios económicos que producía el Centro de Instrucción de Reclutas, era gente honrada; pero también había algún ‘vivo’ que intentaba conseguir dinero con malas artes.

En el Diario HOY del 25 de enero de 1983, en la página 16 de Cáceres se puede leer esta noticia: “Dos miembros de la Policía Militar, pertenecientes al CIR-3, denunciaron el pasado domingo en Comisaría a dos gitanos que les cobraron 500 pesetas, a cada uno, por limpiarles los zapatos“. Para hacerse una idea del valor de esas 500 pesetas hay que pensar que por esa época un café costaba unas 50 pesetas, y un periódico 40 pesetas. La estafa ‘del limpia’ se escenificó bastante en Cáceres en los años 80, siendo la Plaza Mayor el lugar en donde más se representaba: Un muchacho insistía en limpiarte los zapatos, una y otra vez sin hacer caso a negativas. Si se agachaba y comenzaba a hacer que daba lustre a los zapatos, ya se podía dar uno por estafado; al poco llegaba la parentela del muchacho y luego la ‘puñalada’ de las 500 pesetas, que la gente solía pagar al sentirse amedrentado.

Había también delincuentes que usaba el prestigio del CIR como tapadera. El 17 de julio de 1983 se publicaba la noticia de un timo en San Jorge de Alor, una aldea cercana a Olivenza (Badajoz). Llegó a esta aldea un hombre que dijo llamarse Juan y ser teniente destinado en el CIR de Cáceres. Charlando en la tasca dijo que en sus vacaciones se dedicaba a representar a grupos musicales y solicitó la cesión del salón del Centro Cultural para llevar atracciones musicales los fines de semana de julio y agosto. Al día siguiente llamó por teléfono y le dijeron que se aprobaba su petición, con la condición de que las entradas fueran más baratas para los socios del Centro Cultural. ‘El teniente’, que así era como le gustaba que le llamaran, organizó un primer espectáculo contratando a un grupo flamenco-rumbero de Badajoz, puso carteles por toda la comarca y al llegar la noche de la actuación allí estaba él cobrando las entradas, con su aspecto bonachón y simpático (según le describieron los vecinos). No le volvieron a ver más, desapareció mientras la gente jaleaba al grupo de flamencos, que también resultaron estafados. Una vez concluida su función estuvieron esperando casi tres horas a que llegara el ‘teniente’ y les pagara. Pero no regresó, se había marchad con un botín de cerca de 50.000 pesetas.

“Un soldado sin un duro”, así se titulaba una pequeña información que se publicó en HOY el 30 de junio de 1983 y que reproducimos por su curiosidad. El texto de la noticia es la siguiente: “Rafael Ruiz Torralbo, de Antequera (Málaga), que cumple el servicio militar en Cáceres, pasaba unos días de permiso en Horcajo de la Sierra (Madrid) donde tomó un taxi para reintegrarse a sus obligaciones militares. Lo malo llegó cuando ya en Cáceres el soldado dijo que no tenía ni un duro para pagar la carrera. El taxista, Gonzalo Montoya Hernández, que vive del coche, no tuvo más remedio que denunciar el caso al oficial de guardia. No sabemos en qué habrá quedado todo, aunque a  lo mejor en el CIR le pagaron al conductor, descontando el importe del viaje de ‘las sobras’ del soldado. Lo importante era llegar a tiempo y Rafael Ruiz no se paró en barras”.

Recorte del Diario HOY de la jura de diciembre.

Buscando testimonios de reclutas que hicieron la mili en Cáceres en 1983, encontramos dos en el blog Historias de El Pardo. Julián dejó escrito el siguiente mensaje: “Soy jienense y estuve en la cantina sirviendo perritos en los años 83/84. Me gustaría contactar con la gente de ese año que estuvo conmigo; como, por ejemplo, Paco de Gandía. Mi correo es julian_63@hotmail.es“. Para quien no conozca las costumbres gastronómicas en esa época, diremos que antes que las hamburguesas llegaron a España los perritos calientes, bocadillos de pan esponjoso con una salchicha dentro bañada en ketchup y un poco de mostaza, que parece se devoraban con fruición en la cantina de CIR.

El otro testimonio está firmado por J. Jiménez: “Hola compañeros y camaradas, soy del 5º del 83 (julio-agosto del 83) y estuve en la 6ª Compañía, ‘la pequeña legion’, y recuerdo que el capitán Fernández se fue de vacaciones al llegar nosotros y le sustituyó el teniente al que llamaban ‘El Titi’. Nos hacía correr como locos, pero él iba delante. Recuerdo los preparativos de la Jura y que al desfilar debíamos dejar espacio con la compañía que nos precedía para no arrollarla ya que nuestro paso era más rápido que el de las otras compañías. Hasta que me destinaros al Estado Mayor en Madrid estuve de entrenador de basquet de la Compañía. ¿Alguien tiene la fotografía de la jura de la Compañía? Nunca me la enviaron y me haría ilusión tenerla. Gracias de antemano y un saludo a todos los camaradas y compañeros de armas de aquella época“.

Esperemos que lo de la fotografía no enviada no fuera otro timo.