Durante bastantes años el recordado periodista cacereño Fernando García Morales, tuvo una famosa sección en el Diario HOY que tenía por título ‘La calle al habla’. El 9 de junio de 1985 ilustró esta sección con una llamativa fotografía de Múñez con soldados que llenaban las terrazas de la Plaza Mayor, con las mesas bajo los soportales para cobijarse de los calores, que vestido de militar se hacían notar más.
En el texto, nuestro apreciado Fernando decía: “La invasión pacífica de soldados del CIR número 3, que se suele producir todos los sábados y domingos, es una de las invasiones que desean todos los hosteleros, dueños de bares y de restaurantes, porque, sobre todo en los primeros días de llegada al campamento militar, estos soldados ocupan las terrazas de bares que están más a mano, hasta que, pasado el tiempo y tomada tierra, encuentran ya otros sitios donde estar y divertirse, que es cosa de la juventud. Bienvenidos a Cáceres, que se complace en acogerlos“.
Alejados ya los segundos rumores de la desaparición del CIR, que tuvieron lugar en el año 1984, la vida en el Campamento Santa Ana y el Cuartel Infanta Isabel transcurría con tranquilidad, sólo interrumpida por los preparativos de las multitudinarias juras de bandera como la que tuvo lugar el 18 de marzo de 1985 en la que 2.070 reclutas se convirtieron en soldados. Juras en las que se evidenciaba la necesidad que tenía la ciudad de nuevos hoteles, ya que los familiares de los reclutas no encontraban sitio para alojarse.
En Plasencia, mientras tanto, en junio de este año se iba el regimiento del cuartel de La Constancia. Un mes después se publicaba, el 14 de julio de 1985, que el capitán general de la Primera Región Militar había anunciado al alcalde placentino, Mariño Roco, que en esta ciudad se instalaría un CIR como el de Cáceres, al desaparecer el de Colmenar.