Durante bastantes años, soldados de la Unidad de Seguridad se convirtieron en improvisados agentes de la circulación. El Campamento Santa Ana está situado en la Nacional 630, en las afueras de Cáceres camino de Mérida, y hasta que no se realizó una autovía, por delante del CIR pasaban numerosos vehículos, muchos de los cuales alcanzaban bastante velocidad ajenos a que al pasar una curva se iban a encontrar con un acuartelamiento, en el que podían salir a la vez numerosas personas que cruzaban la carretera para ir a la zona de aparcamientos o encontrarse con coches parados.
El 27 de octubre de 1990 el Diario HOY contaba en un reportaje firmado por J. J. González que las autoridades militares estaban angustiadas por este problema, ya que en los últimos tres años habían muerto en el cruce de la entrada del CIR un cabo primero y dos reclutas, también eran muchos los golpes entre vehículos que habían tenido lugar en ese tramo de carretera. Los soldados ‘de tráfico’ actuaban sobre todo los viernes, alrededor de la una de la tarde, cuando salían hasta 2.500 reclutas casi a la vez. También los domingos, entre las nueve y las diez de la noche con la incorporación de los reclutas que llegaban en autobuses o en coche propio. Otra franja horaria con peligro era los días de diario, entre las cinco y media y las seis de la tarde, al salir soldados del recinto militar.
Los mandos del CIR pedían una solución al Ministerio de Obras Públicas, apuntando varias soluciones. Una de ellas era la construcción de una rotonda, que es lo que al final se hizo, aunque se tardó lo suyo.