Una prueba del negocio que suponía el CIR para algunos empresarios de Cáceres, es la creación en 1994 del servicio de autobuses ‘Mili-Cáceres‘. Catorce empresas de la provincia, con 20 autobuses, formaron una UTE (Unión Temporal de Empresas) a principios de este año para ofrecer a los reclutas el ir a sus casas los fines de semana. El portavoz de la UTE, Benjamín Izquierdo, que también era presidente de la Asociación de Empresarios del Transporte de Extremadura, calculaba que cada semana los autobuses trasladaban a 1.300 reclutas. El destino de la mayoría era Madrid, Barcelona y Valencia.
En ese año también hubo otra UTE, formada por 16 empresas con 50 autobuses, que realizaba el mismo servicio. La dirigía la Asociación de Transportistas de Servicios Discrecionales de Cáceres, que presidía Félix Sánchez, que se quejaba de que ‘Mili-Cáceres’ les hacía una competencia desleal, al bajar demasiado los precios.
Los actos de jura de bandera se fueron sucediendo este 1994 en Cáceres. Las fotografías siguientes son las que se publicaron en el Diario HOY en un reportaje sobre la Jura del 10 de julio. Participaron en el acto militar 1.653 jóvenes, y 35 civiles.
En la Jura del 9 de octubre de 1994 participaron 1.455 reclutas y 37 civiles.
El 8 de diciembre en el Centro de Instrucción se celebró la festividad de su patrona, la Inmaculada Concepción asistiendo numerosas autoridades. Aquí se se muestran dos imágenes publicadas en HOY.
En la visita que el 9 de abril de 1994 hizo al CIR de Cáceres Vicente Cervera García como general jefe del Mando Regional Centro, señaló que la preocupación que tenía entonces el Ejército era lograr, “que los soldados vivan cada vez mejor, como un padre pretende lo mejor para sus hijos“. Se estaba elaborando por esa fecha un nuevo Reglamento del Servicio Militar en el que se quería fijar un horario único para los mandos y la tropa. El general aseguró a HOY que, “la novedad no es excesiva, ya que los soldados que disfrutan del pase pernocta pueden ir a dormir a sus casas y dejar el cuartel a media tarde en cuanto acaban sus funciones en el acuartelamiento“. Comentó también que en su opinión la idea mayoritaria en la sociedad española no era que el servicio militar supusiera una pérdida de tiempo, “la gente recuerda con mucho cariño su paso por el servicio militar – comentó -, incluso hay quienes vuelven a los sitios donde estuvieron para mostrárselo a su familia. Los que no piensan así son una minoría, pero tal vez sea más bulliciosa“.
Vicente Cervera moriría cuatro años después en Madrid, el 26 de julio de 1998 cuando era teniente general.