Una de las cosas que desesperaban a más de un recluta en Cáceres, era el tiempo que perdían en la cola para llamar por teléfono para hablar con la familia o la novia. Para intentar solucionar este problema, en 1994 el coronel jefe del CIR Centro Pedro Ramírez Verdún y el director regional de Telefónica, Francisco Marcos Viniegra, firmaron un convenio que favoreció el que se instalaran 30 nuevos teléfonos públicos modulares en el Campamento Santa Ana.
Eran iguales a los que se habían comenzado a instalar en Cáceres en 1993 que permitía el pago mixto: con monedas o tarjeta. Sin embargo, los que se colocaron en el CIR sólo permitían pagar con tarjeta, que tenía que ser comprada en la oficina postal del Centro de Instrucción.
Una de las novedades en la infraestructura del Centro en 1994, fue que en el mes de octubre comenzó a funcionar una nueva depuradora de aguas residuales, que funcionaba por el sistema de oxidación total, que eliminaba todos los contaminantes medioambientales en las aguas residuales.
Fueron muchos los reclutas que pasaron en 1994 por el CIR centro, uno de ellos es Javier Cifuentes Barroso, que en el grupo de Facebook ‘Yo hice la mili en el CIR de Cáceres o el Cimov 1‘ publica dos fotos con amigos que hizo durante su mili. Una de ellas es la que está sobre estas líneas, en el exterior del Campamento, y otra es la siguiente en la que se puede ver las camas de una compañía y las taquillas con candado.
Javier Cifuentes con unos compañeros de mili en el pasillo de una compañía, entre las camas y las taquillas.
Javier Cifuentes era del segundo reemplazo del 94, 2ª Compañía, 2ª Sección. En el grupo de Facebook en el que ha colgado las fotografías hay comentarios de ex reclutas de 1994. Uno de ellos es Alejandro Moya Hidalgo, que recuerda al furier Loro y “esos repartos de correo al Cuartel Infanta Isabel, al lado de la Plaza de Toros, y esas escapadas a partir de las cinco de la tarde al centro de Cáceres“. Él juró bandera el 9 de octubre de 1994.
Agustín Herraiz Borreguero, del tercer reemplazo de 1994, recuerda que tuvo el número 244 en la 3ª Compañía, y que estuvo con el cabo primero Pajuelo y el sargento primero Franco.
Roberto Pando Rozada, del primer reemplazo de 1994, indica: “estuve con el capitán García Navarro, el alférez Páramo, el sargento Mateo y el primero Claros, en la 3ª Sección. ¡Sexta y punto! Los que habéis estado después del primer reemplazo de 1994, me gustaría que me informarais de una cosa: Durante mi destino allí, un grupo de ‘voluntarios’ pintamos a ‘sugerencia’ de nuestro capitán (García Navarro) un gran mural sobre baldosas blancas en tinta negra que representaba a un soldado cayendo en combate y un extracto de la letra del acto a los caídos. Se puso en el interior de lo que entonces era la 6ª Compañía, en el descansillo de la escalera. La Sexta entonces era la Compañía situada en el patio principal (donde hay cuatro naves y el comedor principal). Concretamente, era la primera nave a la izquierda (mirando al comedor). ¿Sigue estando ahí? ¿Sigue el tanque T26 (Vickers) en la pista de juras?“.
Javier López Arias, del segundo reemplazo del 94, 3ª Compañía, 2ª Sección, recuerda que juró bandera, “un caluroso 10 de julio y mi destino fue el Acuartelamiento General Quintana Lacacy, P. M. 11 y en mi primera guardia en Capitanía volaron por los aires a un general los de ETA“.
También hace un comentario Samuel Hernández Villamón, “yo fui del primer reemplazo del 94, en la 3ª Compañía. Recuerdo al cabo primero Orencio Pajuelo, que era un cachondo. Luego fui destinado al CMSA nº 1 en Villaverde (Madrid). ¡Quién no recuerda el milicar o el milicáceres para ir y venir los fines de semana!“.
Roberto Pando Rozada deja este comentario: “Soy del primer reemplazo del 94, 6ª Compañía. Tuvimos de capitán a Antonio García Navarro, un tipo muy consecuente y profesional que era Legionario de Operaciones Especiales. Me lo encontré hace unos años y me entero que… ¡ la criatura estuvo al frente del Comando que asaltó Perejil, ya de comandante! Luego nos llamaban exageraos porque decíamos que era como hacer la instrucción con Rambo, juas. Ah, qué tiempos. En el fondo nos lo pasamos teta“.