La mayoría de los que han sido reclutas en Cáceres recuerdan un tríptico en el que se les enseñaba a distinguir a sus superiores por las divisas que tenían en el uniforme. En el tríptico también se informaba sobre la manera de saludar y se indicaba el comportamiento que debía tener ante un superior. Recalcaba que había que saludar “con energía y precisión”, que tenía que mantener el saludo “hasta que el superior ordene bajar la mano” y que cuando se encontrara con un superior en las calles de Cáceres había que saludarles “aún cuando vayan de paisano si son reconocidos”.
Reproducimos aquí la parte del documento que trataba de estos asuntos y que muchos reclutas se aprendieron de memoria.